En un informe elaborado por un grupo de trabajo sobre antisemitismo de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), se documentó que estudiantes y personal judíos fueron objeto de hostigamiento, amenazas y agresiones durante las protestas pro-palestinas que se llevaron a cabo en el campus.
De acuerdo con The Wall Street Journal, este documento de 93 páginas, datado el 16 de octubre, reveló una serie de incidentes antisemitas que han dejado a la comunidad judía de UCLA sintiéndose insegura y amenazada.
El informe señala que se produjeron actos de antisemitismo “evidentes”, como la aparición de una esvástica en una pizarra de aula y un cartel que decía: “los israelíes son nativos del infierno”. Además, la investigación critica a la administración de UCLA por priorizar la libertad de expresión sobre la protección de los estudiantes.
Aunque el liderazgo universitario hizo algunas declaraciones condenando el uso de discursos de odio, el grupo de trabajo subraya que estas protestas no fueron interrumpidas, interpretando su continuidad como parte de la tradición de libre expresión de la universidad.
Darnell Hunt, el rector interino de UCLA que formó el grupo de trabajo en febrero, expresó su agradecimiento por el informe y aseguró que está revisando sus recomendaciones para fortalecer los esfuerzos de la universidad en la lucha contra el antisemitismo. Según un portavoz de la universidad, se han implementado cambios para combatir la discriminación y mejorar la seguridad en el campus, incluyendo la revisión de las normas sobre las protestas estudiantiles.
Manifestaciones y hostigamientos
Las manifestaciones pro-palestinas en los campus de todo Estados Unidos se intensificaron tras los ataques del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamas contra Israel y el consiguiente conflicto en Gaza.
Durante este periodo, tanto judíos como musulmanes, árabes y simpatizantes pro-palestinos reportaron casos de hostigamiento. En la UCLA, las protestas fueron de las más violentas, según Los Angeles Times, hubo enfrentamientos entre grupos pro-israelíes y pro-palestinos que resultaron en la intervención policial y más de 200 arrestos.
El grupo de trabajo de la UCLA, compuesto por profesores y estudiantes, realizó una encuesta en junio a 428 estudiantes y personal judío o israelí de la universidad. Los resultados fueron alarmantes: más de 100 encuestados afirmaron haber sido atacados físicamente o amenazados. Muchos expresaron su incomodidad y temor en el campus. “Pasaría mucho más tiempo en casa que en los dormitorios de UCLA por miedo a mi seguridad”, compartió un participante.
El informe indica que el antisemitismo ha ido en aumento, particularmente durante la primavera de 2024. En marzo, un estudiante reportó la presencia de una estatua antisemita en forma de cerdo sosteniendo un saco de dinero junto a la Estrella de David, que permaneció en el campus durante una semana.
Para finales de abril, se describieron situaciones en las que manifestantes impedían el acceso a partes del campus a quienes llevaban la Estrella de David o se negaban a denotar el sionismo, la creencia de que los judíos deberían tener su propio estado en Israel.
En agosto, un juez federal dictaminó que UCLA debía garantizar el acceso equitativo al campus para los estudiantes judíos, después de que algunos demandaran a la universidad por ser bloqueados por los manifestantes.
El informe de la UCLA revela que algunos miembros de la facultad permitieron que los estudiantes se ausentaran de clases o tareas si asistían a los campamentos de protesta, e incluso se ofreció crédito extra en algunas clases por participar.
Este problema no es exclusivo de la UCLA; universidades como Harvard y Stanford también establecieron grupos de trabajo tras la agitación en sus campus, centrando su atención en el antisemitismo y la discriminación hacia musulmanes y árabes. Los informes de estas universidades encontraron que los estudiantes judíos, musulmanes y árabes enfrentaban discriminación en sus respectivos campus.
En respuesta, el grupo de trabajo ha recomendado que UCLA implemente medidas más efectivas para combatir el antisemitismo, lo que incluye una mejor capacitación para estudiantes y personal, así como una revisión exhaustiva de cómo se manejan las quejas sobre conductas discriminatorias.
“El abordaje de estos problemas es vital para la universidad”, concluye el informe, subrayando la urgencia de la situación. La comunidad universitaria enfrenta un desafío importante no solo para proteger a sus estudiantes, sino también para fomentar un ambiente seguro y acogedor para todos, independientemente de su origen étnico o creencias religiosas.