El desafío de abordar la crisis de personas sin hogar en Los Ángeles sigue siendo complejo, a pesar de los esfuerzos de la alcaldesa Karen Bass y diversas estrategias como Inside Safe. Esta iniciativa busca llevar a personas de las calles a moteles, con la esperanza de encontrarles hogares a largo plazo. Según las cifras oficiales, desde la implementación del programa, 741 de las 3 mil 254 personas han encontrado un lugar de residencia permanente. Sin embargo, el costo de mantener este tipo de alojamiento es alto y no sostenible a largo plazo.
Freddy Bauer, un gestionador de casos para personas sin hogar, enfrenta un desafío diario en Los Ángeles. Según relata The New York Times, Bauer trabaja en sectores vulnerables donde los campamentos de personas sin hogar son persistentes. La labor de Bauer refleja la lucha diaria de muchos trabajadores sociales en la ciudad. La alcaldesa Karen Bass ha mencionado la importancia de mover a las personas de la calle a espacios interiores a través de programas como Inside Safe.
Este esfuerzo ha resultado en una reducción de la población sin hogar, la primera en seis años. Sin embargo, el progreso depende de un esfuerzo constante y dedicado por parte de individuos como Bauer.
La escasez de vivienda asequible continúa siendo un problema fundamental, incluso para administradores de casos cuya remuneración no alcanza para costear los altos alquileres de la ciudad.
El programa Inside Safe se basa en trasladar a personas sin hogar a moteles como el Hotel Silver Lake, esperando que eventualmente encuentren hogares estables. Stella Fonseca, encargada del programa en el hotel, enfatiza la urgencia del trabajo, reconociendo la volatilidad de las fuentes de financiamiento y el posible desmantelamiento del programa en el futuro.
”Intento asegurarme de que mi equipo sepa que debemos tener compasión con todos y entender que esto es difícil”, afirmó Fonseca para The New York Times. El costo de estas habitaciones temporales es un factor a considerar, ya que se reporta un gasto de 110 millones de dólares, según cifras del año fiscal pasado, lo que podría no ser sostenible a largo plazo.
Mientras la ciudad de Los Ángeles intenta abordar la crisis, el estado de California también ha tomado medidas para enfrentar el problema. El gobernador Gavin Newsom ha otorgado más de 130 millones de dólares a comunidades para ayudar a cerrar campamentos y albergar a las personas sin hogar. “Es un trabajo importante y urgente que requiere que todos hagamos nuestra parte”, declaró Newsom. Además, se han implementado regulaciones más estrictas para los gobiernos locales, lo que sugiere que se tomarán medidas más enérgicas para asegurar que cumplan con sus compromisos de vivienda.
A pesar de estos esfuerzos, más desafíos emergen. Los adultos mayores representan el grupo de mayor crecimiento entre las personas sin hogar de California. Jennifer Hark Dietz, directora ejecutiva del Programa de Asistencia para Personas sin Hogar (PATH), aseguró que al menos 18 mil personas mayores de 55 años enfrentan la indigencia.
Las recientes acciones gubernamentales han logrado la reducción de un 10% de personas que duermen a la intemperie en la ciudad de Los Ángeles, y hasta un 5% en todo el condado. Si bien estos logros son importantes, siguen siendo insuficientes para los adultos mayores que sufren de necesidades específicas para su salud.
El gobernador Newsom ha implementado iniciativas para acelerar la construcción de viviendas asequibles y maximizar el uso de terrenos propiedad de la ciudad para albergar a las personas sin hogar. En conjunto con acciones locales de la alcaldesa de Los Ángeles, más de 21 mil personas se han beneficiado por los programas gubernamentales que buscan evitar la reaparición de los campamentos de personas sin hogar.
Aunque hay progreso, el futuro de estos programas depende del apoyo continuo y de políticas efectivas que puedan soportar el costo monumental de la falta de vivienda accesible en Los Ángeles.