La asesora de arte Lisa Schiff se declaró culpable de fraude electrónico en un tribunal federal de Manhattan, tras ser acusada de haber defraudado a sus clientes por un monto de 6,5 millones de dólares.
Schiff, quien ha trabajado con destacadas figuras, incluidos coleccionistas de renombre como Leonardo DiCaprio, fue una reconocida asesora en el mercado del arte contemporáneo, ayudando a sus clientes a adquirir piezas de artistas codiciados. Sin embargo, las autoridades revelaron que desvió fondos destinados a la compra de obras utilizando el dinero para financiar un estilo de vida lujoso.
Durante su audiencia, Schiff, de 54 años, admitió haber robado a al menos 12 clientes entre 2018 y 2023, incluyendo a artistas, galerías y herencias, según The New York Times. Como parte de su acuerdo con la fiscalía, aceptó devolver aproximadamente 6,4 millones de dólares. Además, enfrenta una condena de hasta 20 años de prisión, con la sentencia programada para el 17 de enero.
El fraude y la confianza rota
Según Damian Williams, fiscal del distrito sur de Nueva York, Lisa Schiff violó repetidamente la confianza de sus clientes al apropiarse de sus fondos. Estos recursos habían sido destinados a la adquisición de aproximadamente 55 obras de arte, pero en lugar de cumplir con su rol, Schiff los utilizó para pagar sus propias deudas y costear un estilo de vida opulento.
“En lugar de emplear los fondos de sus clientes como lo había prometido, Schiff utilizó el dinero robado para vivir de manera extravagante”, declaró Williams.
El fraude salió a la luz en 2022, cuando Candace Carmel Barasch, heredera inmobiliaria y amiga personal de Schiff, junto a su esposo, Michael Barasch, interpusieron dos demandas. En una de ellas, Barasch y otro coleccionista, Richard Grossman, alegaron que la asesora no les pagó 1,8 millones de dólares resultantes de la venta de una pintura del renombrado artista rumano Adrian Ghenie.
A partir de estas denuncias, más de 40 entidades, entre las que se encuentran coleccionistas, galerías y otros artistas, comenzaron a presentar reclamos similares contra la asesora, publicó el New York Post.
Una reputación en caída libre
Lisa Schiff fue durante años una figura destacada en el mundo del arte contemporáneo, con clientes que confiaban en su experiencia y buen criterio para adquirir obras valiosas. Su empresa, Schiff Fine Art (SFA), era reconocida por su capacidad para conseguir piezas de artistas codiciados como Jean-Michel Basquiat y Damien Hirst.
Incluso medios de comunicación habían destacado la colaboración de Schiff con sus clientes, incluyendo la creación de exposiciones temáticas en las residencias de coleccionistas como Candace Barasch.
Sin embargo, detrás de esa fachada de éxito, la asesora llevaba a cabo una estafa multimillonaria. Según el FBI, el esquema consistía en dos tácticas principales. En algunos casos, vendía obras de arte sin informar a sus clientes que las piezas habían sido vendidas, quedándose con el dinero. En otros, simplemente no realizaba las compras de arte encargadas por sus clientes, desviando los fondos para cubrir sus gastos personales.
Una investigación más profunda reveló que Schiff había acumulado una deuda de alrededor de 7 millones de dólares, lo que la llevó a declararse en bancarrota en enero de 2023. Entre sus acreedores se encontraba el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS), al cual debía más de un millón de dólares, así como diversas entidades fiscales de Nueva York.
El abogado de Schiff, Randy Zelin, aseguró que su clienta ha estado ansiosa por asumir la responsabilidad de sus actos y reparar el daño causado. “Lisa ha aceptado que cometió errores y está comprometida a corregirlos”, afirmó Zelin.
A pesar de la gravedad de los cargos, su defensa espera que el juez J. Paul Oetken considere no solo los crímenes, sino también su disposición a enmendar sus errores y su deseo de regresar, en algún momento, al mundo del arte.
“No es fácil enfrentar la posibilidad de una sentencia de prisión, pero Lisa ha decidido no huir de este desafío”, agregó Zelin. “Ella está dispuesta a afrontar las consecuencias y buscar una segunda oportunidad. Somos una ciudad que valora las historias de redención”.
Como parte del proceso de bancarrota, se han programado subastas de las obras de arte personales de Schiff para ayudar a pagar a sus acreedores. La casa de subastas Phillips de Nueva York será la encargada de vender piezas de su colección, que incluyen trabajos de artistas como Damien Hirst, Judy Chicago y Nan Goldin.
Estas ventas comenzarán el 20 de noviembre y se espera que se extiendan durante varios meses, según confirmó The New York Times.