Treinta años después de que el cadáver de un bebé recién nacido fuera encontrado en una bolsa de papel en un vertedero de California, la madre del niño fue arrestada y acusada de asesinato. Pamela Ferreyra, de 60 años, fue detenida el jueves 17 de octubre tras descubrirse que era la madre del bebé, identificado solo como “Baby Garin”, gracias a pruebas de ADN avanzadas.
El caso, que había permanecido sin resolver durante tres décadas, ha conmocionado a la comunidad de Monterey y reavivado el dolor por un crimen que ha pesado en los corazones de los investigadores.
Según USA Today, el cadáver del bebé fue descubierto en 1994 por una persona que recogía latas en un vertedero rural en el condado de Monterey. El bebé estaba envuelto en una manta de rayas rosas y azules, llevaba puesto un pañal, una camiseta blanca y un gorrito de lana, y fue colocado en una bolsa de papel roja.
A lo largo de los años, se le llamó “Baby Garin” por el nombre de la carretera cercana, Garin Road, donde fue encontrado. “Garin significa protección, y todos los niños merecen ser protegidos,” dijo Tina M. Nieto, sheriff del condado de Monterey, en una conferencia de prensa reciente, citada por el New York Post.
El avance de la tecnología permite resolver el caso
Las investigaciones originales no pudieron identificar a la madre ni determinar la causa exacta de la muerte del recién nacido. Sin embargo, en 2023, con el avance de la tecnología de ADN, se logró crear un perfil genético viable para la genealogía forense.
Las autoridades recurrieron a una empresa de genealogía en Colorado, que finalmente ofreció una pista clave sobre la familia del bebé. Esta información condujo a una orden de arresto emitida el martes pasado contra Ferreyra, quien fue arrestada dos días después en su hogar en Watsonville, California, sin resistencia.
El comandante del sheriff del condado de Monterey, Andy Rosas, expresó que este tipo de casos son particularmente difíciles de investigar debido a la carga emocional que implican. “Si preguntas a cualquier profesional de la ley, te dirán que los casos más difíciles de investigar son aquellos que involucran crímenes contra niños,” comentó Rosas. “Son casos emocionales que no se olvidan fácilmente, si es que alguna vez se olvidan”.
Aunque la madre fue identificada, quedan muchas incógnitas sobre lo que sucedió en 1994. Las autoridades aún no han podido determinar la causa de la muerte del bebé, ni si estaba vivo cuando fue dejado en el vertedero. Lo que sí se sabe es que el cuerpo del recién nacido estuvo en el lugar durante aproximadamente dos a tres semanas antes de ser descubierto.
Estas incógnitas han dificultado cerrar completamente el caso, pero los fiscales creen que tienen pruebas suficientes para acusar a Ferreyra de asesinato.
“Nos enfrentamos a una variedad de reacciones en este tipo de casos. Algunos sospechosos creen que se han salido con la suya y están muy sorprendidos cuando los detenemos. Otros han estado esperando ese golpe en la puerta durante décadas,” comentó el fiscal asistente del distrito, Matt L’Heureux, quien lidera el proceso judicial. L’Heureux puntualizó que se sienten satisfechos de haber logrado un avance en este doloroso caso.
La detención de Ferreyra ha traído cierto alivio a una comunidad que llevaba años esperando respuestas sobre la identidad del pequeño “Baby Garin” y las circunstancias de su muerte. “Cada niño merece que se haga justicia por ellos,” reiteró la sheriff Nieto, quien destacó la importancia de que, incluso después de tanto tiempo, se haya hecho un esfuerzo por resolver el caso y buscar justicia para el niño.
Ferreyra, quien trabajaba como proveedora de atención médica en el hogar y es madre de varios hijos, enfrenta ahora un cargo de asesinato, con una fianza fijada en un millón de dólares. Su comparecencia ante el tribunal estaba prevista para la tarde del viernes, pero hasta el momento no se ha informado si tiene un abogado que la represente.