El sistema ferroviario en el este de Tennessee, una arteria vial clave para la región, se encuentra en una situación crítica tras el paso del huracán Helene. Según los informes de Norfolk Southern, una de las principales operadoras ferroviarias en el área, el daño sufrido en su infraestructura es tan extenso que podría tardar varios meses en repararse por completo.
Helene, que causó inundaciones históricas en la región a finales del mes pasado, dejó tras de sí un panorama desolador para la red ferroviaria, que vio cómo más de seis kilómetros de vías fueron arrasados. Además, otras áreas del sistema sufrieron daños significativos debido a la erosión, el colapso de los terraplenes y deslizamientos de tierra.
De acuerdo con FOX Weather, varios puentes también resultaron seriamente dañados, lo que agrava la magnitud de los trabajos de reparación que están en marcha.
Una respuesta inmediata, pero insuficiente
En cuanto la tormenta pasó, equipos de Norfolk Southern se desplegaron de inmediato en las áreas más afectadas, especialmente a lo largo de su línea Salisbury-Morristown, donde la destrucción fue mayor. Ed Boyle, vicepresidente de Ingeniería de la empresa, destacó que cientos de trabajadores han estado trabajando incansablemente desde entonces para restaurar el servicio ferroviario y mitigar el impacto de la tormenta.
“Hemos sido testigos de primera mano del papel crítico que desempeña el ferrocarril en la conexión de comunidades”, señaló Boyle en un comunicado citado por FOX News Digital, añadiendo que Norfolk Southern sigue comprometida con apoyar los esfuerzos de recuperación.
No obstante, a pesar de la rapidez con la que algunas líneas han sido reabiertas, las proyecciones iniciales sugieren que la línea entre Asheville, Carolina del Norte, y Newport, Tennessee, no estará operativa hasta al menos finales de enero del próximo año.
Obstáculos en el terreno
Los equipos de reparación han enfrentado una serie de desafíos a lo largo del proceso, principalmente debido a la complicada orografía de la región, caracterizada por terrenos montañosos y áreas de difícil acceso. En algunas zonas, como Asheville y Black Mountain, las vías han sido completamente destruidas, lo que ha complicado aún más las evaluaciones del daño.
Según la compañía, aún se está evaluando la situación en los tramos entre Asheville y Old Fort, ya que muchos de estos lugares son inaccesibles por las inundaciones.
A lo largo de los trabajos de reparación, los equipos de Norfolk Southern han retirado más de 15,000 árboles caídos, reparado múltiples deslizamientos de tierra y desplegado más de 400 generadores para operar en más de 1,000 ubicaciones sin electricidad comercial. Sin embargo, a pesar de estos avances, gran parte de la red ferroviaria sigue inutilizable.
Un esfuerzo monumental, pero la tarea continúa
Boyle elogió la dedicación de sus empleados, a quienes calificó como “los mejores en el negocio”, y subrayó que, aunque se ha avanzado considerablemente, el trabajo está lejos de terminar. “Nuestros trabajadores en el terreno han hecho un esfuerzo monumental para restaurar nuestra red de la manera más rápida y segura posible, pero aún queda mucho por hacer”, afirmó.
Norfolk Southern entiende que su infraestructura es vital para las comunidades locales, no solo por la movilidad que ofrece, sino por la cadena de suministro que depende de estas conexiones ferroviarias. “Mover los bienes de los que todos dependemos es esencial”, recordó Boyle, destacando la importancia de los esfuerzos en curso.
Se espera que en los próximos meses continúen las reparaciones, y aunque los desafíos son enormes, la compañía sigue decidida a reabrir todas sus rutas lo antes posible. El proceso, sin embargo, será largo, sobre todo en las áreas más remotas, donde los efectos de la tormenta han sido más devastadores.