La Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas rechazó una solicitud de clemencia para un hombre que este jueves 17 de octubre podría convertirse en la primera persona ejecutada en Estados Unidos por una muerte relacionada con el diagnóstico de síndrome del bebé sacudido.
La junta votó en contra de recomendar que se conmutara la sentencia de muerte de Robert Roberson por cadena perpetua o que su ejecución se retrasara. El hombre, de 57 años, está programado para recibir una inyección letal el jueves por la muerte en 2002 de su hija de 2 años, Nikki Curtis, en Palestine, Texas.
“Robert Roberson es absolutamente inocente. No solo sabemos que las pruebas en su contra han sido refutadas, sino que también sabemos médicamente por qué murió su hija: sufría de dos tipos de neumonía fatal”, dijo Vanessa Potkin, abogada de The Innocence Project, de acuerdo con CBS.
Después de la decisión de la junta, su abogada, Gretchen Sween, afirmó que Roberson no estaría en el corredor de la muerte si no fuera por su autismo, alegando que el personal de urgencias malinterpretó su comportamiento como culpabilidad la noche de la muerte de su hija. Le pidió al gobernador Greg Abbott conceder un aplazamiento de 30 días para permitir que un tribunal examine la nueva evidencia médica y científica que demuestra que Nikki murió por causas naturales y no por abuso.
“El sistema de justicia penal ha fallado gravemente al señor Roberson, y lo más sorprendente es que aún no ha podido corregirse, a pesar de que los legisladores de Texas reconocieron hace más de una década el problema de las condenas erróneas basadas en ‘ciencia’ desacreditada”, afirmó Sween.
Según informó The Texas Tribune, Brian Wharton, el detective principal de la policía de Palestine que investigó la muerte de la menor, expresó su remordimiento por su participación en la condena de Roberson. “No cometan mi error. Escuchen a Robert”, manifestó ante el comité antes de que llevara a cabo la votación.
Doug Deason, un prominente donante del Partido Republicano de Texas, también abogó por detener la ejecución. “Creo que es inocente”, declaró en una publicación en X, según reportó el Houston Chronicle. Este activista conservador mantiene comunicación directa con James Sullivan, el consejero general del gobernador de Texas, Greg Abbott, buscando apoyo para Roberson.
La credibilidad de la condena se ha cuestionado debido a que, según los abogados del condenado, se basó en evidencia científica defectuosa y obsoleta referente al síndrome del bebé sacudido. Esta condición se diagnostica cuando un niño sufre una lesión cerebral grave provocada por sacudidas violentas o impactos, explicaron los defensores del condenado.
Junto a los abogados, más de 80 legisladores estatales solicitaron a la junta de indultos y al gobernador Abbott que detengan la ejecución. Un portavoz del gobernador no ha comentado sobre cuál será la posición final del funcionario, pero el caso ha ganado visibilidad pública, según informó The Associated Press.
Para que Abbott pueda conceder clemencia, primero debe recibir una recomendación por parte de la junta de indultos. No obstante, él tiene la opción de otorgar un aplazamiento de 30 días sin necesidad de dicha recomendación, algo que ha sucedido escasamente durante su mandato, con solo una ejecución detenida en 2018, según reportó ABC News.
La posibilidad de detener la ejecución ha sido disminuida por las decisiones legales recientes, ya que la Corte de Apelaciones Criminales de Texas rechazó las solicitudes de suspensión de Roberson, una acción ratificada nuevamente el miércoles. Adicionalmente, un juez del este de Texas negó suspender la inyección letal, según detalló The New York Times.
Aunque no niegan la gravedad de lesiones por abuso infantil, los partidarios de Roberson sostienen que los médicos erraron al diagnosticar las lesiones de Curtis.
Por otro lado, la Oficina del Fiscal del Condado de Anderson, que llevó el caso contra Roberson, argumentó en documentos judiciales que, tras una audiencia en 2022, un juez descartó las teorías que atribuían las lesiones de Curtis a la neumonía y otras enfermedades. La American Academy of Pediatrics y otras instituciones médicas defienden el diagnóstico del síndrome, reiterando su validez y el protocolo exhaustivo que los médicos siguen para determinarlas, según mencionó The Guardian.
El caso de Robert Roberson puso el foco del debate sobre el uso de la ciencia forense en casos de pena de muerte, además de evidenciar el papel de la justicia en la revisión de condenas basadas en antigua evidencia científica.