El gobernador de California, Gavin Newsom, firmó una ley destinada a prevenir aumentos repentinos en los precios de la gasolina. Esta medida busca asegurar que las refinerías del estado mantengan suficientes reservas de combustible, especialmente durante mantenimientos no planificados, evitando la escasez y picos de precios.
Los precios en California, ya los más altos del país, son en parte resultado de impuestos y regulaciones ambientales. La legislación, inspirada en el análisis de fluctuaciones en el mercado del petróleo, fue aprobada pese a la oposición de la industria petrolera, que argumenta que podría aumentar los precios.
Esta ley forma parte de una batalla más amplia de Newsom contra las grandes petroleras, a quienes acusa de manipular los precios para obtener beneficios exorbitantes. Durante la firma de la ley, el gobernador criticó a las compañías por “mentir y manipular” al público, responsabilizándolas de los altos costos que pagan los californianos en los surtidores, citó The Associated Press. Según Newsom, las empresas han estado generando ganancias sin precedentes a costa de los consumidores, y la nueva ley pretende frenar este abuso.
Los opositores de la ley, incluyendo representantes de la Asociación de Petróleo de los Estados del Oeste (Western States Petroleum Association, WSPA), sostienen que los costos adicionales de almacenamiento terminarán recayendo sobre los consumidores. Además, advierten que la medida podría comprometer la seguridad de los trabajadores al interferir en los cronogramas de mantenimiento de las refinerías, lo que podría aumentar el riesgo de accidentes.
Por otro lado, Newsom presentó la legislación en un contexto de creciente presión política, apenas semanas antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Aunque el gobernador negó que la iniciativa fuera un movimiento político, es claro que su postura contra las grandes petroleras es parte de un esfuerzo más amplio por abordar el cambio climático y la transición energética. Durante la firma de la ley, Newsom enfatizó que este no es un tema de izquierda o derecha, sino una cuestión de proteger a los consumidores.
De acuerdo con ABC News Los Angeles, la ley fue aprobada en una sesión legislativa especial, luego de que el gobernador convocara a los legisladores en agosto para abordar el problema de los altos precios del combustible. Durante la sesión, los legisladores republicanos propusieron medidas alternativas para reducir los precios de la gasolina, como la exclusión de los combustibles del programa de cap-and-trade del estado, pero estas propuestas fueron bloqueadas por la mayoría demócrata.
Entre los partidarios de la ley, el presidente del Senado del Estado de California, Mike McGuire, argumentó que la medida era un paso importante para reducir el costo de vida en el estado. McGuire subrayó que la legislación proporcionaría mayor certeza a los consumidores y reduciría la volatilidad de los precios de la gasolina. Otros defensores sostienen que, a largo plazo, la ley podría ahorrar miles de millones de dólares a los consumidores californianos al evitar aumentos repentinos en los precios.
La Comisión de Energía de California será responsable de determinar las cantidades mínimas de combustible que las refinerías deberán mantener en sus reservas. La nueva regulación, que entrará en vigor en 90 días, otorga a los reguladores la autoridad para supervisar no solo los niveles de inventario, sino también los planes de reabastecimiento de las refinerías antes de que se realicen paradas de mantenimiento.
Sin embargo, el impacto final de la ley en los precios de la gasolina sigue siendo un tema de debate. Los críticos argumentan que las restricciones en los niveles de inventario podrían crear escasez y aumentar los precios en lugar de reducirlos.
Además, existen preocupaciones sobre cómo la ley interactuará con otras regulaciones energéticas del estado, como el programa de Estándar de Combustibles de Bajo Carbono (LCFS), que según algunos podría agregar hasta 47 centavos por galón al precio de la gasolina en el futuro cercano.