Este invierno en Estados Unidos promete ser diferente al anterior, marcado por el fenómeno de El Niño. Según un análisis de CNN, se anticipa el desarrollo de un fenómeno débil de La Niña antes del inicio de la temporada, lo cual podría alterar las temperaturas y precipitaciones en todo el país.
Este fenómeno climático, caracterizado por temperaturas oceánicas más frías en el Pacífico ecuatorial, tiene la capacidad de influir significativamente el clima durante el invierno en el hemisferio norte. En este sentido, CNN indicó que “los efectos sobre el clima son más pronunciados durante los meses de invierno”. Aunque su manifestación aún no es firme, el Centro de Predicciones Climáticas señala un 60% de probabilidades de que aparezca en noviembre. De acuerdo con la climatóloga Emily Becker, de la Universidad de Miami, “la fuerza de La Niña importa: cuanto más fuerte sea, mayor será el impacto ‘consistente’ que puede tener sobre el clima”.
El recuerdo del invierno pasado, “el más cálido registrado en los 48 estados continentales”, se atribuye a El Niño y a factores de calentamiento global derivados de la contaminación por combustibles fósiles. Sin embargo, este invierno, el Centro de Predicciones Climáticas espera condiciones más húmedas en el noreste y noroeste de Estados Unidos, lo que podría ser fundamental para combatir las sequías persistentes en el medio oeste. Destacando el análisis, CNN asegura que “un cambio total respecto del patrón del invierno pasado, que favorecía un sur más húmedo y un norte más seco”, es probable.
La dinámica de La Niña afecta el comportamiento de la corriente en chorro, desplazando las tormentas hacia el norte. CNN explica que esto tendrá implicaciones relevantes, ya que “las temperaturas deben ser lo suficientemente frías para que la nieve caiga y se adhiera al suelo”. Existe una expectativa de mayor humedad en la zona norte, especialmente el noroeste del Pacífico, donde una importante cubierta de nieve es vital para el turismo y el suministro de agua. No obstante, el sureste, incluyendo el sur de California, podría experimentar un invierno más cálido y seco, un patrón típico de La Niña. Según lo recogido por CNN, “es crucial que la región tenga un periodo de lluvias intensas en los próximos meses”.
En términos de temperaturas, se proyecta un invierno más cálido en el sur y en gran parte del este del país, lo que podría implicar más tormentas lluviosas en lugar de nevadas en dichas zonas. CNN enfatiza que “los eventos débiles de La Niña tienden a permitir más nieve en el noreste”, sin embargo, un fenómeno estacional así más débil podría alterar estas perspectivas. Entre tanto, partes del Medio Oeste y las Montañas Rocosas podrían registrar temperaturas más cercanas a lo habitual para la temporada.
Se espera que el pronóstico del Centro de Predicción Climática, el cual se publicará próximamente, pueda modificar parcialmente estas proyecciones basadas en una tendencia hacia este patrón climático más débil. Los últimos pronósticos de temperaturas invernales del centro no son ideales para los amantes de la nieve en el noreste, lo que refleja la incertidumbre aún presente sobre la intensidad de La Niña.
NASA explica el impacto que tendrá La Niña en el mundo
Las temperaturas promedio de los últimos 12 meses alcanzaron niveles sin precedentes en la era moderna, alertó la NASA. Este aumento se debe principalmente al calentamiento global a largo plazo que generan las actividades humanas y las emisiones de gases de efecto invernadero.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, subrayó que el fenómeno El Niño, que comenzó en abril de 2023, también influenció en exacerbar el calor extremo. Sin embargo, la posible llegada de La Niña podría cambiar las temperaturas en gran parte del mundo y darle un respiro al medio ambiente, según la institución extranjera.
En ese sentido, La Niña enfriaría parcialmente las temperaturas globales, aunque factores como erupciones volcánicas y emisiones de aerosoles aún influyen en las predicciones climáticas. El cambio de las temperaturas oceánicas, producto de este evento meteorológico, es un factor para el incremento de actividad de huracanes en el Atlántico.
Los científicos del Centro de Predicciones Climáticas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) proyectan un 49% de probabilidades de que La Niña se desarrolle entre junio y agosto, y un 69% de que se manifieste entre julio y septiembre.