La temporada de huracanes continúa con la amenaza de Nadine y Oscar

La temporada de huracanes del Atlántico de 2024 se ha caracterizado por una actividad significativa, con 13 tormentas nombradas registradas hasta la fecha. Los meteorólogos están actualmente monitoreando dos sistemas de baja presión que tienen el potencial de desarrollarse en las próximas semanas, denominados Nadine y Oscar. Uno de estos sistemas se encuentra en el Caribe, mientras que el otro está ubicado frente a la costa de África, según reportes del Centro Nacional de Huracanes (NHC) y AccuWeather.

La actividad actual en la cuenca del Atlántico ha llevado a la clasificación de la temporada como “superior a lo normal”. De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), esta categorización se basa en el índice de Energía Ciclónica Acumulada (ACE), que mide la frecuencia, intensidad y duración de las tormentas. Hasta el momento, la temporada ha generado 127 en ACE, cumpliendo con los criterios establecidos por NOAA para considerarla por encima de la media.

El sistema de baja presión en el Caribe ha captado la atención de los expertos meteorológicos. AccuWeather ha informado que existe un riesgo medio de formación de una tormenta tropical entre el 17 y el 19 de octubre. Este sistema se encuentra en una región donde las temperaturas del agua alcanzan los 27 grados Celsius (80 grados Fahrenheit), lo que puede favorecer su intensificación. Según Alex DaSilva, experto en huracanes de AccuWeather, es probable que de esta área de baja presión surja un patrón de lluvias y tormentas, lo que podría llevar a la formación de una depresión tropical o una tormenta tropical.

En el océano Atlántico oriental, otro sistema está siendo evaluado. Este se sitúa a varias centenas de kilómetros al oeste de las islas de Cabo Verde. El NHC estima una probabilidad del 40% de que este sistema se desarrolle en los próximos siete días, aunque no se anticipa un fortalecimiento significativo hasta la mitad de la próxima semana. Algunos modelos de pronóstico sugieren que podría dirigirse hacia el oeste, lo que podría afectar a las islas del Caribe, mientras que otros indican que un sistema frontal proveniente de la costa este de Estados Unidos podría desviar su trayectoria hacia el mar.

En cuanto a la tormenta tropical Leslie, esta ha perdido fuerza tras haber alcanzado brevemente la categoría de huracán. Leslie, que se encontraba aproximadamente a 1,569 kilómetros al oeste-suroeste de las Azores, ha sido degradada a una vaguada y actualmente no representa una amenaza para Estados Unidos. Los vientos sostenidos de la tormenta han disminuido a cerca de 80.47 km/h, y se espera que continúe debilitándose en los próximos días. Leslie ha tenido un comportamiento errático desde que fue nombrada tormenta tropical el 2 de octubre, con periodos de fortalecimiento y debilitamiento, según NHC.

La temporada de huracanes se extiende oficialmente desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, lo que significa que todavía quedan más de siete semanas para posibles desarrollos adicionales. Históricamente, los meses de agosto y septiembre suelen ser los más activos, aunque también se han registrado tormentas significativas en octubre y noviembre. Los meteorólogos advierten que, a pesar de una calma aparente en los trópicos cercanos a Estados Unidos en los próximos días, el riesgo de formación de nuevas tormentas persiste, de acuerdo con información de AccuWeather.

Con respecto a la reciente actividad de los huracanes Helene y Milton, estos eventos han causado daños significativos en sus trayectorias. Milton, en particular, fue categorizado como un evento catastrófico. A medida que los sistemas en desarrollo continúan siendo vigilados, la atención se centra en la evolución de Nadine y Oscar. Las proyecciones indican que estos sistemas podrían presentar un riesgo potencial para la región del Caribe y la costa de Estados Unidos.

La temporada de huracanes de 2024 ha superado las expectativas iniciales, y con la posibilidad de más sistemas formándose, se mantiene un alto nivel de vigilancia. Las autoridades meteorológicas continuarán monitoreando la evolución de estos sistemas y proporcionando actualizaciones a medida que se desarrollen.