En menos de dos semanas, Florida ha sido golpeada por dos huracanes devastadores: Helene y Milton, recordando una vez más por qué este estado es el más vulnerable de los Estados Unidos frente a estos fenómenos naturales. Tras el paso de Helene, que dejó un rastro de destrucción a lo largo de la costa oeste del estado y cobró la vida de cientos de personas, Florida se encuentra ahora bajo la amenaza del huracán Milton, una tormenta de categoría 5 que se dirige peligrosamente hacia el área de Tampa Bay.
El huracán Milton amenaza con provocar marejadas ciclónicas catastróficas en la costa oeste de Florida central, con penetraciones del mar estimadas entre 2,4 y 3,6 metros de altura. Las autoridades advierten sobre el alto riesgo de inundaciones en las zonas costeras y piden a los residentes seguir las órdenes de evacuación y mantenerse alerta ante el avance del ciclón.
El tiempo se agota para que los residentes de Florida se preparen ante la inminente llegada del huracán Milton, que se espera toque tierra como un huracán mayor el miércoles por la noche. En varias zonas del estado, como Orlando, las tiendas ya están quedándose sin agua embotellada y suministros esenciales.
Según Kevin Guthrie, director de la División de Manejo de Emergencias de Florida, el estado se prepara para “la mayor evacuación desde el huracán Irma en 2017″. Además de la evacuación obligatoria en Fort Myers Beach, también se han emitido órdenes de evacuación para todas las casas móviles y prefabricadas cerca de Tampa Bay. Se prevé una marejada ciclónica de entre 10 y 15 pies en la costa cercana a esa área, según AccuWeather.
La localidad de Fort Myers Beach, que aún se recupera de las inundaciones provocadas por el huracán Helene hace 10 días, se prepara para un impacto más directo debido a Milton. Ante la inminente llegada del ciclón, las autoridades han emitido una orden de evacuación obligatoria para la zona.
El huracán Milton ha incrementado sus vientos sostenidos a 160 mph (257 km/h), según el Centro Nacional de Huracanes (NHC). A medida que la tormenta avanza hacia Florida, millones de personas en la región se preparan para enfrentar los efectos mortales, incluyendo marejadas ciclónicas, vientos destructivos e inundaciones.
Se espera que el huracán se debilite un poco antes de impactar Tampa el miércoles.
Se han emitido alertas de huracán, tormenta tropical y marejada ciclónica a lo largo de la costa del Golfo de Florida, y se espera que sean actualizadas a medida que el ciclón se acerca al estado. Miles de residentes ya están evacuando la costa, tras órdenes de evacuación voluntaria y obligatoria emitidas por las autoridades.
Aunque Miami-Dade y Broward no están en el cono de trayectoria del huracán, se prevén fuertes lluvias y vientos. Los condados han declarado estado de emergencia. El alcalde de Miami, Francis Suarez, informó que se han desplegado bombas permanentes y portátiles para mitigar posibles inundaciones.
La Universidad NOVA Southeastern anunció el cierre de todas sus ubicaciones en los condados de Broward, Miami-Dade y Palm Beach desde las 5 p.m. (ET) del martes 8 de octubre, y permanecerán cerradas el miércoles y jueves, debido a la amenaza del huracán Milton. Se espera que otras instituciones educativas emitan anuncios similares.
Milton, ahora un poderoso huracán de categoría 5, registra vientos de 250 km/h, tras intensificarse rápidamente en el Golfo de México.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó que el huracán Milton ha alcanzado la categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson. Datos proporcionados por un avión cazahuracanes de la Reserva de la Fuerza Aérea indican que los vientos sostenidos máximos del ciclón se estiman en 160 mph (257 km/h), con ráfagas aún más fuertes.
Florida se enfrenta a la llegada de un nuevo huracán, el segundo en un lapso de dos semanas, mientras los residentes continúan recuperándose de los estragos causados por el huracán Helene. Según el meteorólogo de AccuWeather, Brian Lada, las autoridades locales están acelerando los esfuerzos para limpiar los escombros dejados por el ciclón anterior, ante el riesgo de que los muebles dañados y otros desechos, que esperan ser recogidos, puedan convertirse en proyectiles si los fuertes vientos azotan la zona o flotar con posibles inundaciones.