La tendencia a medida que más jóvenes estadounidenses eligen no poseer ni conducir automóviles ha causado un giro notable en el comportamiento de consumo de transporte. Factores económicos y sociales subyacen a este cambio, que se está fortaleciendo en un grupo demográfico clave, la Generación Z. Esta generación muestra una preferencia por métodos de transporte alternativos, alejándose de la tradicional propiedad de automóviles.
Disminución en la obtención de licencias
De acuerdo con el Wall Street Journal, la cantidad de jóvenes de 19 años con licencia de conducir cayó del 87,3% en 1983 al 68,7% en 2022. Este descenso refleja una tendencia de menor interés en obtener licencias entre los jóvenes, influenciado por el aumento de los costos relacionados con el transporte, incluido el precio de compra, el mantenimiento y el seguro de vehículos. Para muchos, la idea de poseer un automóvil ha pasado a segundo plano.
Aumento de precios en vehículos y seguros
Según JD Power, los precios de los vehículos nuevos han experimentado un incremento significativo desde 2019, alcanzando un promedio de 44,604 USD hasta julio de 2023. Este aumento ha forzado a los consumidores más jóvenes a reconsiderar la decisión de adquirir un vehículo. Además, el seguro de automóviles representa una carga significativa para los jóvenes conductores. Una encuesta realizada en junio de 2023 a 41,242 adultos estadounidenses mostró que tres de cada diez personas entre 18 y 24 años vieron un aumento en sus tarifas de seguro de más de 300 USD en el último año. Esta tendencia de costos elevando crea una barrera adicional para los jóvenes que consideran la posibilidad de ser propietarios de un auto.
Cambios en los patrones de viaje
Un estudio de GWI destacó una disminución del 24% en las declaraciones de jóvenes de entre 16 y 25 años que planean o realizan viajes por carretera frecuentemente en el primer trimestre de 2024. Este cambio de comportamiento resalta la creciente dependencia del transporte público y servicios de transporte compartido. Las alternativas de movilidad, como los servicios de autobuses, trenes y aplicaciones de transporte compartido, se están volviendo cada vez más populares entre este grupo demográfico, que prefiere opciones más económicas y convenientes.
El impacto de las aplicaciones de transporte compartido
Aunque Johnathon Ehsani, investigador de transporte de la Universidad Johns Hopkins, señala que el auge de aplicaciones como Uber y Lyft no explica completamente la disminución de jóvenes que obtienen licencias de conducir, estas se identifican como una parte significativa del transporte juvenil actual. Estas aplicaciones ofrecen flexibilidad y accesibilidad que se ajustan a las necesidades urbanas de los jóvenes, quienes a menudo prefieren usar estos servicios en lugar de asumir la responsabilidad de un vehículo propio.
Dependencia del transporte público
Según Brandon Schoettle, del Instituto de Investigación de Transporte de la Universidad de Michigan, la dependencia de los jóvenes de sus padres y el uso del transporte público también juegan un papel en esta tendencia, aparte de los costos asociados. Muchos jóvenes encuentran que el transporte público no solo es más asequible, sino que también se alinea mejor con un estilo de vida urbano, donde el espacio es limitado y la infraestructura favorece modos de viaje alternativos.
Individuos como Ben Goldberg, un joven de 29 años que trabaja en la industria de TI, optan por no aprender a conducir porque no es una prioridad en sus vidas, según Fox. Este fenómeno muestra una inclinación por el uso de transporte público en áreas metropolitanas como Washington D.C. Para Goldberg, la accesibilidad y conveniencia del transporte público son razones más que suficientes para evitar el gasto y la responsabilidad asociados con la propiedad de un automóvil.