Los huracanes y tormentas tropicales, conocidos colectivamente como ciclones tropicales, son responsables de causar grandes daños y pérdidas de vidas durante su paso. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista Nature revela que estos eventos climáticos tienen un efecto prolongado y devastador en la mortalidad que se extiende hasta 15 años después de la tormenta. La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Stanford, proporciona nuevas perspectivas sobre el impacto indirecto y a largo plazo de los ciclones tropicales en la salud pública en los Estados Unidos.
Exceso de mortalidad persistente
El estudio, dirigido por el profesor Solomon Hsiang de la Escuela de Sostenibilidad Doerr de Stanford, encontró un aumento significativo en el exceso de mortalidad tras los ciclones tropicales que afectaron a Estados Unidos entre 1930 y 2015. Según el comunicado de prensa de la universidad, Hsiang afirmó: “En cualquier mes, la gente muere antes de lo que lo hubiera hecho si la tormenta no hubiera golpeado su comunidad”. Esto subraya la gravedad y la duración de los efectos de estos fenómenos naturales que van más allá de los daños inmediatos visibles.
Efectos en cascada
El análisis de los datos mostró que un ciclón tropical promedio en los Estados Unidos causa indirectamente entre 7,000 y 11,000 muertes adicionales. Los investigadores sugieren que estos efectos indirectos se deben a “una serie de efectos en cascada”, donde la reconstrucción de las ciudades, el desplazamiento de familias y la ruptura de las redes sociales generan consecuencias prolongadas para la salud pública. Estos efectos no solo afectan a quienes experimentan directamente la tormenta, sino también a las generaciones posteriores y los recién nacidos en las comunidades impactadas.
Impacto en generaciones futuras
Rachel Young, coautora principal del estudio, comentó en el comunicado de prensa que “se trata de bebés que nacieron años después de un ciclón tropical, por lo que ni siquiera pudieron haber experimentado el fenómeno en el útero”. Esto implica un impacto a más largo plazo en la historia económica y de salud materna, donde las madres pueden carecer de recursos incluso años después del desastre, afectando negativamente la salud de sus hijos.
Grupos vulnerables
La investigación destaca que determinados grupos demográficos están especialmente afectados por estos efectos a largo plazo, incluyendo a los bebés menores de un año, personas entre 1 y 44 años y la población negra. Según el estudio, estas muertes adicionales pueden atribuirse a factores como la perturbación económica, el aumento del estrés físico y mental, y los cambios en el entorno natural causados por las tormentas. Estas hipótesis sugieren que las repercusiones de los ciclones tropicales son profundas y multifacéticas, influyendo en diversas áreas de la vida cotidiana.
Carga mortal anual
Los investigadores estiman que el clima actual de ciclones tropicales en los Estados Unidos continentales impone una carga anual de alrededor de 55,280 a 88,080 muertes adicionales. Este hallazgo subraya la importancia de considerar no solo los efectos inmediatos de los desastres naturales, sino también sus consecuencias a largo plazo en la salud y la estabilidad de las comunidades afectadas. La persistencia de estos impactos plantea nuevos desafíos para los responsables de la salud pública y las políticas de mitigación de desastres.
Perspectivas futuras
“Con el cambio climático, esperamos que los ciclones tropicales se vuelvan potencialmente más peligrosos, más dañinos y cambiarán a quiénes golpean”, indicó Young. Este anticipo sugiere que los efectos prolongados en la mortalidad pueden intensificarse en el futuro, haciendo más urgente la necesidad de estrategias de respuesta y recuperación más eficientes y equitativas para reducir las consecuencias a largo plazo en la salud pública.