Los testigos señalaron que la empresa que operaba un sumergible experimental de aguas profundas que implosionó, matando a cinco personas, antepuso las ganancias a la seguridad e ignoró las señales de advertencia antes del desastre. Por su parte, varios funcionarios de la empresa resaltaron el espíritu explorador y el asumir riesgos calculados para traspasar los límites de la humanidad.
Esos diferentes puntos de vista surgieron cuando el panel de la Guardia Costera concluyó el viernes dos semanas de testimonios sobre el desastre del Titán el año pasado. El panel tiene la tarea de determinar por qué el sumergible de fibra de carbono se perdió a 3.810 metros (12.500 pies) de profundidad en el fondo del océano cerca de los restos del Titanic.
Los testimonios revelaron imágenes contrastantes de avaricia y arrogancia cuando OceanGate buscaba clientes adinerados para su sumergible hecho de fibra de carbono —un material que no fue probado a tales profundidades— frente a los exploradores de hoy en día que consideraron cuidadosamente los riesgos conforme buscaban abrir las máximas profundidades de los océanos del mundo a más personas.
El viernes, Matthew McCoy, un veterano de la Guardia Costera que sirvió durante varios meses como técnico de operaciones para OceanGate, también dijo que tenía preocupaciones de seguridad cuando se enteró de que la compañía rompió vínculos con el laboratorio de física aplicada de la Universidad de Washington, que Boeing no iba a construir el casco de fibra de carbono y que se había reducido el espesor del casco.
También le preocupaba el modelo financiero cuando supo que habría pasajeros que pagarían.
En un almuerzo para plantear preocupaciones, el cofundador de OceanGate, Stockton Rush, le dijo a McCoy que la nave tendría bandera de las Bahamas y se botaría desde Canadá a fin de evitar las regulaciones estadounidenses, detalló McCoy.
McCoy subrayó que podría haber preocupaciones regulatorias estadounidenses en caso de que fuera a un puerto de Estados Unidos y Rush le dijo que “si la Guardia Costera se llegara a convertir en un problema, entonces él mismo compraría a un congresista y haría que el problema desapareciera”.
McCoy dijo que fue una conversación “tensa” y que estaba “horrorizado”. Él renunció.
Guillermo Sohnlein, que ayudó a fundar OceanGate con Rush, describió el noble objetivo de “darle a la humanidad un mayor acceso al océano, específicamente a las profundidades del océano”. Usar fibra de carbono para el casco de presión no era una idea novedosa, dijo, y señaló que el propio Rush fue el primer ser humano en probar el diseño.
Pero el ex director de operaciones David Lochridge afirmó que la empresa sólo estaba comprometida con la obtención de ganancias.
“La idea detrás de la empresa era ganar dinero”, testificó. “Había muy poca ciencia”.
Los testigos ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo sobre cómo llamar a los clientes adinerados que pagaron USD 250.000 por la experiencia. Algunos dijeron que eran simplemente pasajeros, aunque OceanGate los llamó “especialistas en misión” a quienes se les asignaron tareas.
En la implosión murieron Rush y otras cuatro personas, entre ellas Paul-Henri Nargeolet, director de investigación submarina del RMS Titanic, que posee los derechos legales para rescatar los restos del barco. La familia de Nargeolet ha interpuesto una demanda de más de 50 millones de dólares, acusando al operador del submarino de negligencia grave.
El casco presurizado de fibra de carbono del Titán fue objeto de gran parte del debate. Un testigo experto, Roy Thomas, ingeniero principal de la American Bureau of Shipping, declaró que la fibra de carbono es resistente y ligera, pero difícil de fabricar. La fibra de carbono también es “susceptible de fallar por fatiga” bajo presurización repetida y el agua salada puede debilitar el material de múltiples maneras, dijo.
Los guardacostas señalaron al comienzo de la audiencia, celebrada en Carolina del Sur, que el sumergible no había sido sometido a una revisión independiente, como es práctica habitual.
Los testigos declararon que habían oído fuertes crujidos en descensos anteriores. Y el director científico Steven Ross dijo que, en una inmersión pocos días antes de que el Titán implosionara, la nave se volvió inestable por un problema de lastre, lo que provocó que los pasajeros cayeran y chocaran contra un mamparo.
Durante su inmersión final, el 18 de junio de 2023, la tripulación perdió el contacto tras un intercambio de mensajes de texto mientras descendía. Uno de los últimos mensajes de la tripulación del Titán a la nave de apoyo del Polar Prince antes de que el sumergible implosionara decía: “Todo bien por aquí”. La tripulación del Polar Prince, mientras tanto, estaba cada vez más preocupada.
Barcos, aviones y otros equipos se reunieron para una operación de rescate a unos 700 kilómetros al sur de St. John’s, Terranova. Los restos del Titan se encontraron en el fondo del océano a unos 300 metros de la proa del Titanic, según informaron los guardacostas.
Frederick testificó el viernes sobre el enorme esfuerzo realizado para reunir a expertos y recursos, al tiempo que señaló que OceanGate no contaba con un plan de emergencia de reserva. "Reunimos a un equipo y elaboramos un plan", declaró.
Tras recibir informes de ruidos procedentes del fondo del océano, el equipo dirigido por la Guardia Costera operó bajo la posibilidad de que pudiera haber supervivientes hasta varios días después de que se perdiera el contacto con el Titán, cuando la Marina dijo que su análisis era “100% seguro” de que los sonidos submarinos no eran de naturaleza humana, dijo Frederick.
“Tan pronto como recibimos esa información, la compartí con las familias antes de darla a conocer a los medios de comunicación”, dijo Frederick, que se encargó personalmente de las notificaciones a los familiares.
Fue necesario un enorme esfuerzo para trasladar hasta el lugar de los hechos un sumergible remoto capaz de investigar el fondo del océano, explicó.
Tres aviones de transporte militar C-17 trasladaron 32.000 kilogramos de material a la isla canadiense de Terranova, donde fue transferido a un barco y transportado al lugar de los hechos, explicó Frederick. Una vez allí, el sumergible teledirigido “Odysseus" de Pelagic Research Services encontró rápidamente el campo de escombros del Titán, dijo.
(AP)