El fabricante aeronáutico Boeing tardará “años” en implementar las mejoras necesarias en seguridad y calidad de sus aeronaves, según aseguró este martes Michael Whitaker, encargado de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), durante una audiencia en el Congreso.
Whitaker subrayó que los empleados de la compañía deberán entender que “la seguridad es más importante que la producción” y que será necesario un cambio cultural significativo para priorizarla dentro de la empresa.
“Tomará años transmitir ese mensaje de seguridad y que los empleados comprendan su importancia sobre la producción”, indicó Whitaker, al tiempo que resaltó que las fallas recientes de control de calidad y producción en Boeing reflejan la necesidad urgente de una reforma interna.
También agregó que el Gobierno de Estados Unidos apoyará a la empresa en este proceso, que podría extenderse entre “tres y cinco años”.
Este anuncio coincide con un delicado momento para Boeing, que enfrenta problemas de calidad en sus aviones y una huelga masiva que ha paralizado parte de su producción.
Cerca de 33.000 trabajadores de la empresa, afiliados al Sindicato Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM), han estado en huelga desde el 13 de septiembre, exigiendo mejores condiciones laborales. Esta protesta ha afectado gravemente las plantas de ensamblaje en Renton y Everett, donde se producen los modelos 737 MAX, 777 y el avión cisterna 767, generando retrasos en las entregas.
El detonante de la huelga fue el rechazo, por parte de los trabajadores, a un acuerdo preliminar que proponía un aumento salarial del 25% en cuatro años, pero que no incluía bonos anuales. Un 95% de los miembros del IAM rechazó ese acuerdo, argumentando que el incremento real de los salarios era menor al anunciado.
Ofertas y tensiones entre Boeing y el sindicato
Boeing ha intentado poner fin a la huelga con una nueva propuesta que mejora su oferta inicial. El lunes, la compañía ofreció un aumento salarial del 30% en un período de cuatro años, lo que representaba una mejora respecto al acuerdo rechazado previamente.
Sin embargo, el sindicato consideró insuficiente la oferta, afirmando que no aborda plenamente las preocupaciones de los trabajadores. “Esta propuesta no es suficiente para atender nuestras preocupaciones”, declaró el IAM a sus afiliados.
En un primer momento, Boeing dio al sindicato un plazo hasta el viernes para votar sobre la oferta. No obstante, este martes, la empresa modificó su postura y anunció que no impondrá un límite de tiempo para que el IAM considere la propuesta.
“Esta huelga afecta a nuestros equipos y a nuestra región, y creemos que nuestros empleados deberían tener la oportunidad de votar sobre esta propuesta”, señaló Boeing en un comunicado.
“Contactamos al sindicato para ofrecer más tiempo y apoyo logístico cuando decidan votar”, añadió la empresa, dejando abierta la posibilidad de futuras negociaciones.
La huelga ha traído recuerdos de 2008, cuando una protesta similar duró 57 días y costó a Boeing alrededor de 100 millones de dólares diarios, según medios como The Wall Street Journal. En aquella ocasión, el conflicto también paralizó gran parte de la producción de la compañía y provocó retrasos significativos en la entrega de aeronaves.
El impacto de la huelga actual ya se siente en las líneas de producción de Boeing, en especial en los modelos 737 MAX, su avión comercial más vendido, y en el 777, que se utiliza para transporte de carga.
La empresa también enfrenta retrasos en las entregas del avión militar cisterna 767, lo que agrava su situación.
El consejero delegado de Boeing, Robert ‘Kelly’ Ortberg, anunció la semana pasada que, como parte de las medidas para afrontar la huelga, la dirección reducirá su salario y se aplicarán despidos temporales a numerosos ejecutivos y gerentes con el fin de preservar la liquidez de la empresa.
(Con información de EFE y AFP)