(Washington, Estados Unidos) El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, viajará en las próximas horas a Tel Aviv para mantener reuniones con Benjamín Netanyahu y su secretario de Defensa, Yoav Gallant, para evitar que Israel inicie un desembarco terrestre en el Líbano con el objetivo de diezmar a Hezbollah. Esta organización terrorista está financiada por Irán y tiene un poderoso arsenal en misiles, cohetes y drones con capacidad de impactar en las principales ciudades israelíes.
Israel inició el martes una ofensiva contra Hezbollah a través de sus beepers y sus walkie-talkies, y ayer avanzó en su raid con cerca de 100 ataques aéreos que destruyeron al menos 100 lanzacohetes que estaban desplegado en el sur del Líbano.
“Hezbolá se siente perseguido y la secuencia de nuestras operaciones militares continuará. Nuestro objetivo es devolver a los residentes del norte a sus hogares sanos y salvos. A medida que pase el tiempo, Hezbolá pagará un precio cada vez mayor”, señaló Gallant.
La declaración del secretario de Defensa es una señal directa de las intenciones bélicas de Israel.
La capacidad militar de Hamas en Gaza ha mermado, mientras que Hezbollah ataca hacia las poblaciones del norte de Israel con el respaldo de los Huties de Yemen. Entonces, Netanyahu resolvió mover a cientos de soldados, comandos y paracaidistas, así como cohetes, tanques y drones desde el sur (Gaza) para preparar un eventual desembarco en el Líbano que permita resolver la amenaza constante del grupo terrorista que sostiene Teherán.
Hezbollah tiene una consistencia militar más robusta que Hamas. Son miles, están más entrenados, han peleado en Siria y Afganistan, y detentan un arsenal con capacidad para hacer mucho daño a Israel. Además es un brazo armado de Irán, y si Netanyahu decide invadir, Medio Oriente puede prenderse fuego.
Austin aterrizará en Tel Aviv para argumentar en contra de la invasión terrestre. Sólo será oído por Netanyahu y Gallant, que ya hace mucho tiempo que prestan escasa atención a las opiniones y sugerencias de la administración Biden. El Presidente de los Estados Unidos -junto a sus principales asesores- reiteraron su posición de evitar una escalada regional, y Netanyahu y Gallant contestaron con la Operación Beeper y los ataques aéreos de ayer en la tarde.
El premier israelí y el ministro de Defensa tienen sus explicaciones para rebatir al jefe del Pentágono. Netanyahu y Gallant consideran que unicamente la presión constante puede forzar un eventual cese del fuego en Gaza, y que esa presión se manifestaría con una ofensiva plena sobre las posiciones que Hezbollah ya desplegó en el sur del Líbano.
Los argumentos de Netanyahu y Gallant conducen a una probable espiral de violencia en Medio Oriente.
El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, prometió ayer “duras represalias y un justo castigo” contra Israel por las explosiones de aparatos de comunicación que en dos días mataron a 37 personas e hirieron a casi 3.000 en Líbano y Siria. A la misma hora que Nasrallah hablaba, una escuadra de aviones de Israel sobrevolaban el cielo de Beirut en una directa señal de amenaza al líder terrorista.
La visita relámpago de Austin además servirá a la Casa Blanca para conocer la hoja de ruta de Netanyahu. Estados Unidos es el principal aliado de Israel, y si hay un conflicto desatado en la región también debe proteger a sus propios ciudadanos y alistar a su propio sistema de defensa nacional.
En Medio Oriente, el Pentágono ya envió al portaaviones Abraham Lincoln, un buque de asalto anfibio con marines y helicópteros a Grecia, junto con otros barcos y un submarino con misiles, el Georgia. Además, Estados Unidos desplegó un escuadrón de aviones de combate F-22 y amplió sus defensas aéreas en la región para proteger a las fuerzas terrestres que tiene estacionadas allí.
La gira de Austin a Israel se extendería por 48 horas.