Un reciente estudio publicado el martes en el Journal of Clinical Oncology reveló que las mujeres afroamericanas tienen más probabilidades de morir a causa del cáncer de mama en comparación con las mujeres blancas, incluso en los tipos más tratables de esta enfermedad. De acuerdo con NBC News, los expertos señalaron que estas disparidades en las tasas de mortalidad no son atribuibles a la biología, sino a diferencias raciales.
La investigación, que incluyó un meta-análisis de 18 estudios y casi 230.000 pacientes, de los cuales 34.000 eran mujeres afroamericanas, comparó las tasas de mortalidad entre mujeres negras y blancas con los mismos subtipos moleculares de cáncer de mama.
“Dentro del sistema de salud existía la noción de que un factor importante en las disparidades era que las mujeres negras tienen tasas más altas de triple negativo”, comentó Erica Warner, autora principal del estudio y epidemióloga del cáncer en el Massachusetts General Hospital, a NBC News. Warner agregó que, aunque esto juega un rol en las tasas de mortalidad, ‘‘basado en estos resultados, no es una razón significativa ni primaria’’.
En el subtipo de cáncer más común, HR-positivo, HER2-negativo, que representa entre el 60% y 70% de todos los diagnósticos de este mal, las mujeres negras fueron un 50% más propensas a morir por la enfermedad que las mujeres blancas.
Además, para tumores HR-positivo, HER2-positivo, las mujeres afroamericanas tenían un 34% más de probabilidades de morir. Incluso para el difícil de tratar cáncer triple negativo, las mujeres negras presentaron un 17% más de probabilidades de morir, un hallazgo que sorprendió a los investigadores.
Según CBS News, estos hallazgos subrayan una realidad contundente en el sistema de salud: las mujeres negras enfrentan mayores riesgos de muerte por cáncer de mama en comparación con sus contrapartes blancas, y esta disparidad no se debe únicamente a la biología. La coautora Paulette Chandler, epidemióloga asociada en la División de Medicina Preventiva del Brigham and Women’s Hospital, destacó en un comunicado de prensa que ‘‘estos hallazgos destacan la cruda realidad en nuestro sistema de salud’’.
Los doctores han identificado numerosos factores que influyen en estas disparidades, incluyendo racismo sistémico, desigualdad socioeconómica, retrasos en el diagnóstico y acceso inadecuado a tratamientos de calidad.
El Dr. Eric Winer, director del Yale Cancer Center, comentó a NBC News que “en estos cánceres, las personas necesitan recibir tratamiento hormonal extendido por cinco años o más, lo que a menudo está asociado con costos de bolsillo. La economía juega un papel”. El experto añadió que los médicos podrían no estar ofreciendo estos tratamientos prolongados a pacientes negras o de bajos ingresos de manera tan frecuente.
Spring Williams, una paciente con cáncer de mama, relató a CBS News que el racismo puede haber retrasado su diagnóstico en fase 3, y destacó que la discriminación discutida en la nueva investigación es una desafortunada realidad para muchas pacientes. ‘‘Me entristece, pero también espero que las cosas cambien’’, afirmó la mujer.
La doctora Wendy Wilcox, directora de salud femenina en New York City Health + Hospitals, mencionó a NBC News que “hay muchas barreras estructurales que las mujeres negras son más propensas a enfrentar’’. Entre estas barreras se encuentran el acceso limitado a cuidados de salud de calidad, transporte, tiempo libre del trabajo y alimentos saludables. Wilcox también destacó la falta de representación de mujeres negras en los ensayos clínicos, lo cual contribuye a las desigualdades desde las fases de investigación de tratamiento del cáncer de mama.
Desde la perspectiva de la detección temprana, la doctora Marissa Howard-McNatt, directora del Breast Care Center en el Atrium Health Wake Forest Baptist de Carolina del Norte, comentó a NBC News que se trata de la detección temprana.
Las mujeres afroamericanas tienden a desarrollar cáncer de mama a una edad más temprana’'. Añadió que la detección mediante mamografías debería comenzar diez años antes de la edad en que un familiar cercano fue diagnosticado. Howard-McNatt también sugirió que ayudar a las mujeres negras diagnosticadas con cáncer de mama a acceder a centros de salud que tengan navegadores de pacientes podría contribuir a reducir las disparidades.
Finalmente, Erica Warner señaló una tendencia histórica: “Hace 40 años, no había diferencias en las tasas de mortalidad por cáncer de mama entre mujeres negras y blancas. A medida que mejoramos en la detección y tratamiento, la brecha ha crecido. Eso es problemático, pero también nos indica que podemos revertir estas desigualdades”.