La campaña presidencial estadounidense continúa este lunes en un país sobresaltado por un segundo presunto intento de asesinato contra el candidato republicano Donald Trump, que lo atribuye a “la retórica” de su rival demócrata Kamala Harris y del presidente Joe Biden.
El sospechoso “se creyó la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia”, declaró a Fox News. “Su retórica está provocando que me disparen”, añadió.
Poco antes Biden pidió “más ayuda” para el Servicio Secreto, la policía de élite encargada de la protección de las personalidades políticas, porque necesita “más personal”.
“Gracias a Dios (Donald Trump) se encuentra bien”, declaró el presidente demócrata a periodistas en la Casa Blanca.
“La máxima prioridad es tener respuestas para comprender cómo el presidente Trump pudo haber sufrido varios intentos de asesinato”, comentó en la red social X el jefe republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, estrecho aliado del millonario.
Trump “no es el presidente en ejercicio, si lo fuera, habríamos rodeado completamente el campo de golf (donde se encontraba el domingo), pero como no lo es, el sistema de seguridad se limita a los lugares elegidos por el Servicio Secreto” que “hizo exactamente lo que tenía que hacer”, comentó el domingo el sheriff del condado de Palm Beach (Florida), Ric Bradshaw.
El domingo por la tarde Trump se encontraba en su club de golf en Florida cuando se escucharon “disparos” cerca, según su equipo.
Varios agentes del Servicio Secreto “abrieron fuego contra un hombre armado” que estaba cerca del terreno, informaron fuentes de seguridad.
Encontraron un rifle con mira telescópica AK-47, junto con dos mochilas y un equipo de grabación de video.
Ryan Wesley Routh, un estadounidense proucraniano al que la AFP entrevistó en 2022 en Kiev, fue detenido gracias a un testigo que identificó su coche. El lunes fue acusado de posesión ilegal de armas en su comparecencia inicial.
Una sucesión de hechos fuera de lo común hace que la campaña electoral no tenga parangón en la historia de la democracia estadounidense. Y eso que faltan 50 días para los comicios del 5 de noviembre.
Joe Biden, que dejará el poder el 20 de enero, reiteró el domingo que “no hay lugar para la violencia política ni ninguna forma de violencia” en el país, donde los nervios están a flor de piel.
Kamala Harris se declaró consternada por lo sucedido en Florida.
También hubo condenas a nivel internacional, por ejemplo del presidente ucraniano Volodimir Zelensky, muy pendiente de estas elecciones por la cantidad de ayuda militar que recibe de Washington.
El Kremlin estimó, por su parte, que es una señal de una “intensificación” de la campaña electoral estadounidense.