La fiebre del valle, también conocida como coccidioidomicosis, se ha disparado en California durante el año 2024, según los últimos datos del Departamento de Salud Pública del estado. Esta enfermedad fúngica es causada por la inhalación del hongo Coccidioides, que se encuentra en el suelo de varias regiones del suroeste de Estados Unidos. A continuación, se presenta una revisión de los síntomas, factores de riesgo, prevención y tratamiento de esta enfermedad utilizando la información más reciente disponible.
Incremento de casos en California
El Departamento de Salud Pública de California ha reportado más de 5,000 casos preliminares de fiebre del valle hasta el 1 de julio de 2024, en comparación con los más de 9,000 casos reportados en todo el año 2023, según CBS News. Este incremento preocupa a las autoridades sanitarias y ha llevado a intensificar las campañas de advertencia, especialmente en las regiones del Valle Central y la Costa Central, donde la incidencia es mayor.
Qué es la fiebre del valle
La fiebre del valle es una enfermedad causada por el hongo Coccidioides, presente principalmente en el suroeste de los Estados Unidos. Las esporas del hongo pueden ser liberadas al aire cuando el suelo es perturbado, por ejemplo, durante obras de construcción o tormentas de polvo, según Cleveland Clinic. La enfermedad no es contagiosa y, por lo tanto, no puede propagarse de una persona a otra.
Síntomas de la fiebre del valle
Los síntomas de la fiebre del valle suelen ser similares a los de la gripe, incluyendo fiebre, tos, dolor de cabeza y fatiga. Además, pueden aparecer sarpullidos, sudores nocturnos y dolores musculares o articulares, de acuerdo con el CDC. Los síntomas generalmente se desarrollan entre una y tres semanas después de inhalar las esporas del hongo. En una pequeña proporción de casos, la infección puede progresar a una forma más grave, causando complicaciones pulmonares persistentes.
Factores de riesgo
El riesgo de complicaciones severas es mayor en determinadas poblaciones. Las personas mayores de 60 años, aquellas con diabetes, inmunodeprimidas o embarazadas son más propensas a desarrollar formas graves de la enfermedad, según el Departamento de Salud Pública de California. Además, cualquier persona que viva, trabaje o viaje en áreas endémicas, incluyendo mascotas, puede contraer la fiebre del valle.
Prevención
Actualmente, no existe una vacuna para prevenir la fiebre del valle, por lo que las medidas preventivas son fundamentales. El Departamento de Salud Pública de California recomienda varias acciones para reducir el riesgo de infección:
- Permanecer en interiores cuando hay viento o aire polvoriento.
- Mantener las ventanas del automóvil cerradas y utilizar aire recirculante al conducir por áreas polvorientas.
- Humedecer la tierra antes de excavar para reducir el polvo.
- Utilizar mascarillas N95 en áreas con altas concentraciones de polvo.
Relación con el cambio climático
Estudios recientes han conectado las temporadas de sequía y el cambio climático con un incremento en el riesgo de infección por fiebre del valle, de acuerdo con The Lancet Regional Health - Americas. Durante periodos de sequía, los picos de casos tienden a ser menos severos, pero cuando vuelve la lluvia, los picos de casos son particularmente altos. El estudio también encontró que la mayoría de los casos en California ocurren entre septiembre y noviembre.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la fiebre del valle suele realizarse mediante análisis de sangre, estudios por imágenes y biopsias. Los análisis de sangre son la prueba más común, utilizada para detectar la presencia de anticuerpos o antígenos del hongo en el cuerpo, según Cleveland Clinic.
El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad. En casos leves, la enfermedad puede resolverse sin necesidad de medicamentos antimicóticos. Sin embargo, en casos más graves o persistentes, se utilizan tratamientos antimicóticos como fluconazol o anfotericina B, según el CDC. El tratamiento puede durar desde tres a seis meses o más, dependiendo del caso individual.
Medidas para lugares altamente endémicos
Para prevenir la fiebre del valle en zonas con altas tasas de infección, además de las recomendaciones mencionadas anteriormente, se aconseja el empleo de filtros de aire en interiores y la limpieza adecuada de cortes y raspaduras para evitar infecciones de la piel, según Cleveland Clinic.