La demanda de viajes internacionales desde Estados Unidos ha experimentado un notable crecimiento, lo cual ha reforzado el aumento general del gasto en el sector turístico. Según un estudio reciente publicado por Bank of America, el gasto en viajes entre los hogares estadounidenses ha superado los niveles previos a la pandemia de manera considerable, con un incremento del 10.6% por hogar en comparación con 2019.
La reducción en los precios de los billetes de aviones internacionales ha sido un factor significativo para apuntalar esta tendencia. Datos proporcionados por Hopper, una plataforma de viajes, revelan que los precios promedio de los boletos de ida y vuelta a Europa, uno de los destinos más frecuentes para los turistas estadounidenses, se redujeron a aproximadamente 950 dólares durante el verano, en comparación con más de 1.000 dólares en los dos años anteriores. Esta disminución ha incentivado una mayor demanda de viajes internacionales.
En junio de este año, el 17% de los estadounidenses manifestó su intención de vacacionar en el extranjero en los próximos seis meses, un aumento significativo en comparación con el 14% registrado en 2018 y 2019, según una encuesta realizada por el Conference Board. Este incremento en la intención de viajar al exterior ha sido un indicador claro del restablecimiento y dinamización del sector turístico post-pandemia.
El análisis también destaca que Europa se mantiene como el destino más popular entre los estadounidenses para viajes internacionales. De mayo a julio, cerca del 43% del gasto de viaje de los estadounidenses se efectuó en Europa, según informaciones del Bank of America. Además de Europa, Canadá y México, juntos representaron el 21% del gasto total en viajes internacionales durante el mismo período.
Asia ha sido la región que ha mostrado el crecimiento más rápido en términos de gasto turístico. Los datos de Bank of America indican que el gasto en Asia por parte de los turistas estadounidenses aumentó un 11% en comparación con el año pasado, mientras que Europa sólo experimentó un crecimiento del 3%. Este aumento se ha visto favorecido por los tipos de cambio y la eliminación de las restricciones de viaje asociadas a la pandemia de COVID-19.
Pese a la firmeza del gasto en viajes internacionales, la mayoría de los estadounidenses continúan prefiriendo vacacionar dentro del país. Un análisis reciente de la consultora McKinsey muestra que el 68% de todos los viajes que comienzan en Estados Unidos se realizan dentro de sus propias fronteras. Sin embargo, la demanda interna ha mostrado una ligera disminución a medida que los viajeros estadounidenses vuelven al extranjero.
El estudio también revela que los hogares con ingresos superiores a 125.000 dólares anuales son los principales impulsores de esta tendencia de viaje internacional. Los economistas de Bank of America señalan que los hoteles de lujo de alta gama han superado a las ofertas estándar este verano, sugiriendo que las personas con altos ingresos son más propensas a gastar en viajes y hospedajes costosos. En contraposición, los individuos con restricciones económicas han seguido viajando, pero han ajustado sus hábitos al reservar viajes con más antelación o elegir periodos de baja demanda.
Según CNBC, Taylor Bowley y Joe Wadford, economistas del Bank of America Institute, una parte crucial del impulso registrado en los viajes se debe a las vacaciones en el extranjero. La eliminación de las restricciones de viaje, sumada a una disminución en los temores de salud relacionados con el COVID-19, ha sido componentes importantes para este incremento en la demanda.
Como observa Hayley Berg, economista principal de Hopper, los precios más bajos de las tarifas aéreas han sido un motor clave para una mayor demanda de viajes internacionales este año. En específico, las tarifas para destinos populares como Roma han disminuido, actualmente costando alrededor de 600 dólares para la temporada media de otoño, en contraste con los picos de precios registrados durante la pandemia que alcanzaban hasta 1.300 dólares, según la información de CNBC.
La tendencia de gasto entre los estadounidenses en el extranjero no únicamente resalta la recuperación del sector turístico, sino que también evidencia un cambio en las preferencias de viaje tras años de restricciones pandémicas.