En 2023, el consumo de cannabis y alucinógenos se mantuvo en niveles históricamente altos entre los adultos jóvenes y de mediana edad en Estados Unidos, según un estudio reciente respaldado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Esta investigación, titulada “Monitoring the Future” y realizada por el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, ha sido una fuente clave de información sobre tendencias en el uso de sustancias desde 1975.
El informe de 2023 revela que aproximadamente el 42% de los adultos de entre 19 y 30 años informaron haber consumido cannabis en el último año, con un 29% que lo hizo durante el último mes y un 10% que lo consumió diariamente, es decir, en 20 o más ocasiones en los últimos 30 días. En el grupo de adultos de 35 a 50 años, estas cifras fueron del 29%, 19% y 8%, respectivamente. Estas estimaciones, aunque no difieren significativamente de las de 2022, representan aumentos considerables en comparación con hace cinco y diez años, según reportó CNN el 29 de agosto de 2024.
El vapeo de cannabis también mostró un notable incremento entre los adultos jóvenes, con un 22% que informó haberlo hecho en el último año y un 14% en el último mes, lo que refleja máximos históricos para este grupo etario. En el caso de los adultos de mediana edad, el 9% reportó haber vapeado cannabis en el último año y el 6% en el último mes, cifras que se mantuvieron estables en comparación con el año anterior.
En cuanto al vapeo de nicotina, el estudio indica que alrededor del 25% de los adultos jóvenes lo practicaron en el último año y el 19% en el último mes, cifras que se mantienen en niveles históricamente altos. Para el grupo de 35 a 50 años, los porcentajes fueron del 7% en el último año y del 5% en el último mes, según los datos recopilados entre abril y octubre de 2023.
El uso de alucinógenos, incluyendo sustancias como LSD, mescalina, peyote, hongos y PCP, siguió una tendencia en aumento en ambos grupos de edad, alcanzando el 9% entre los adultos jóvenes y el 4% entre los de mediana edad en 2023, según la investigación de los NIH publicada en su página web. Estos hallazgos subrayan la necesidad de investigaciones adicionales sobre los riesgos y beneficios potenciales de estas sustancias, especialmente a medida que emergen nuevos productos, afirmó la Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) de los NIH.
El consumo de alcohol sigue siendo predominante en ambos grupos, con más del 84% de los adultos jóvenes y de mediana edad reportando haber bebido en el último año. Sin embargo, el estudio destaca que el consumo mensual, diario y excesivo de alcohol ha mostrado una disminución entre los adultos jóvenes en la última década. En contraste, entre los de 35 a 50 años, el consumo excesivo de alcohol ha aumentado ligeramente en los últimos diez años.
El consumo de cigarrillos se mantuvo en niveles históricamente bajos para ambos grupos de edad. Las cifras de 2023 indican que aproximadamente el 15% de los adultos jóvenes y el 12% de los adultos de mediana edad fumaron cigarrillos en el último mes, lo cual refleja una disminución sostenida en comparación con los datos de hace cinco y diez años.
El estudio también destacó la disminución en el uso de medicamentos recetados para fines no médicos y opioides en ambos grupos de edad. Entre los adultos jóvenes, el consumo de estimulantes ha disminuido a lo largo de la última década, mientras que en los adultos de 35 a 50 años ha mostrado un incremento modesto. Estos datos fueron obtenidos en encuestas realizadas tanto en línea como en papel a una muestra representativa a nivel nacional de aproximadamente 20.000 individuos por año.
Por primera vez, el estudio reveló que las mujeres de entre 19 y 30 años reportaron una mayor prevalencia de consumo de cannabis en el último año en comparación con los hombres del mismo grupo de edad, invirtiendo la brecha de género observada en años anteriores. Sin embargo, entre los adultos de mediana edad, los hombres mantuvieron una mayor prevalencia de consumo de cannabis que las mujeres, en consonancia con las tendencias de la última década.
Estos resultados subrayan la importancia de continuar monitoreando las tendencias en el consumo de sustancias y sus posibles efectos a largo plazo para la salud pública, especialmente a medida que las cohortes originales del estudio envejecen y entran en nuevas etapas de la vida, como la jubilación.