La NASA ha tomado una decisión crucial al optar por la cápsula Dragon de SpaceX para traer de regreso a dos astronautas que quedaron atrapados en el espacio, propinando otro revés a la compañía aeroespacial Boeing. La agencia anunció que perdió la confianza en la cápsula Starliner de Boeing, que ahora regresará sin tripulación a la Tierra. Según informó Independent, la misión de rescate está programada para febrero de 2025.
Sunita Williams y Barry “Butch” Wilmore permanecerán en la Estación Espacial Internacional (ISS) hasta entonces, habiendo estado allí desde principios de junio en lo que se suponía que iba a ser un viaje de una semana.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, afirmó que la decisión de seleccionar a SpaceX se debió a un “compromiso con la seguridad”. “Nuestro valor principal es la seguridad”, declaró Nelson a los periodistas el sábado. Nelson destacó que la cápsula Starliner volverá sin tripulación, mientras que los astronautas regresarán en febrero de 2025.
Nelson agregó que ha mantenido conversaciones con el nuevo CEO de Boeing, Kelly Ortberg, quien aseguró que la compañía seguiría trabajando en los problemas de la cápsula Starliner una vez que esta regrese a la Tierra. “Quiero que sepan que Boeing ha trabajado muy duro con la NASA para obtener los datos necesarios para tomar esta decisión”, dijo Nelson.
SpaceX, la empresa de Elon Musk, ha estado enviando astronautas a la ISS desde 2020. En lugar de enviar una tripulación completa de cuatro personas, SpaceX enviará sólo dos cuando lanza la Dragon a la estación a finales de septiembre. Esa tripulación, que incluiría a Williams y Wilmore, regresará a casa en febrero de 2025. Según el ex astronauta Ken Bowersox, la decisión de seleccionar a SpaceX fue “unánime” entre los funcionarios de la NASA.
Boeing, por su parte, insistió anteriormente en que aún respalda al Starliner, pese a los problemas mecánicos sufridos en su trayecto hacia la ISS el pasado 6 de junio, en lo que debía ser una misión de ocho días. El vuelo de junio fue la primera misión tripulada del Starliner a la ISS, un desarrollo emblemático de Boeing destinado a competir con SpaceX por contratos con la NASA.
Desde hace varios años, Boeing ha experimentado una ralentización en su producción debido a preocupaciones de seguridad que derivaron en una serie de investigaciones federales. Un informe de The Wall Street Journal señala que la empresa está gastando más de USD 1.000 millones en efectivo al mes, con docenas de aviones estacionados fuera de las fábricas a la espera de piezas. Esta escasez de componentes ha dejado a Boeing con aproximadamente 200 aviones casi terminados estacionados en aeródromos, fuera de las plantas y hasta en los estacionamientos de los empleados.
Los problemas de Boeing no terminan ahí. La empresa también se enfrenta a una serie de demandas relacionadas con malas prácticas de fabricación después de que un tapón de la puerta de un 737 Max 9 explotara en pleno vuelo de Alaska Airlines en enero. Además, se recuerdan los accidentes fatales de otros aviones Max, uno en Indonesia en 2018 y otro en Etiopía en 2019, en los que murieron 346 personas.
En una tensa audiencia en el Senado en junio, el director ejecutivo de Boeing, David Calhoun, se disculpó con las familias de las víctimas de los accidentes y dijo que la compañía estaba “totalmente comprometida” con la seguridad de las aeronaves en el futuro. Con información de Independiente.