En las vastas praderas de pastos altos de Dakota del Norte, una orquídea singular desafía las probabilidades, escondida del vistazo casual y protegida por leyes federales debido a su estatus de especie amenazada. La orquídea de pradera occidental ha captado la atención de científicos y estudiantes por igual, que buscan entender su papel en el ecosistema y sus mecanismos de reproducción.
Las características flores blancas de la orquídea de pradera occidental, también conocida como Platanthera praeclara, suelen eludir a los entusiastas, quienes deben saber exactamente dónde buscar para avistarlas. Jack Dura, periodista de Associated Press, destaca que esta planta, además de ser un enigma botánico, está fuertemente protegida bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción de Estados Unidos.
La pérdida de su hábitat nativo es una de las principales amenazas para esta orquídea. Aproximadamente el 60% de las orquídeas nativas en Estados Unidos y Canadá están en rápido declive, debido principalmente al cambio climático, la pérdida de hábitat y la disminución de polinizadores, según Julianne McGuinness, coordinadora de desarrollo de programas del Centro de Conservación de Orquídeas de América del Norte, de acuerdo con Associated Press.
McGuinness menciona que estas plantas, conocidas por su belleza, pueden ser indicadores tempranos de problemas en su entorno natural, sirviendo como “canarios en la mina de carbón” para el resto de los ecosistemas, según US News. La investigación sobre la orquídea de pradera occidental abarca diversos aspectos, incluyendo la polinización y la reproducción.
Investigación universitaria intensiva
Estudiantes de la Universidad Estatal de Dakota del Norte en Fargo llevan a cabo investigaciones para entender mejor los polinizadores y los procesos reproductivos de esta orquídea. Utilizan tecnologías avanzadas como sistemas de posicionamiento global (GPS) para registrar la ubicación de las plantas en sitios específicos en Minnesota, Dakota del Norte y Manitoba, Canadá. Según Associated Press, también capturan polinizadores y toman muestras genéticas, observando sus visitas a la orquídea durante la noche utilizando luces negras y láminas.
Steve Travers, profesor asociado del Departamento de Ciencias Biológicas de la mencionada universidad, quedó fascinado por estas orquídeas años atrás. “Encontrarlas puede ser un desafío considerable”, dice Travers. “La primera vez que la gente las ve, quedando sin palabras por su tamaño y espectacularidad”, según Associated Press. Esta planta ofrece una perspectiva única de su ecosistema nativo, las praderas de pastos altos, y sirve como modelo adecuado para estudiar la interacción entre especies raras y sus entornos.
La orquídea depende de polinizadores específicos como las polillas esfinge, que tienen la estructura y tamaño adecuados para alcanzar el néctar de la flor en su espolón largo, lo que a su vez permite la polinización, de acuerdo con US News. La supervivencia y distribución de estas plantas están intrínsecamente ligadas a la salud de sus polinizadores.
Trabajo de campo intensivo
Josie Pickar, estudiante de posgrado, centra su investigación en los factores que influyen en el éxito reproductivo de la orquídea, analizando nutrientes del suelo y la actividad de polinizadores. Viaja a múltiples sitios para recolectar datos y muestras, pasando jornadas de más de 12 horas en el campo. Los investigadores también enfrentan desafíos físicos considerables durante su trabajo, desde cruzar presas de castores hasta enfrentarse a garrapatas y huellas de osos, de acuerdo con Associated Press.
Trinity Atkins, otra estudiante de posgrado, utiliza técnicas moleculares avanzadas como el eDNA metabarcoding para identificar los polinizadores mediante restos genéticos. Este método innovador permite rastrear interacciones polinizadoras aún después de que los insectos han visitado las flores, proporcionando una valiosa información sobre las redes ecológicas, de acuerdo con Dayton Daily News. Su investigación incluye la observación y captura de polillas, además de la toma de muestras de orquídeas a lo largo del día y la noche.
Travers subraya la importancia de esta investigación en términos de biodiversidad, indicando que las especies raras juegan un papel integral en sus ecosistemas al contribuir con diversidad genética y resiliencia. Aunque las orquídeas se encuentran en todo el mundo, la orquídea de pradera occidental está específicamente adaptada a las praderas de pastos altos, un ecosistema que ha experimentado una significativa degradación y fragmentación a lo largo de los años, según ABC News.