Ford Motor Company ha tomado la decisión de cancelar abruptamente los aviones para la producción de un SUV eléctrico de tres filas y retrasó la construcción de una planta de vehículos eléctricos en Tennessee en respuesta a una desaceleración en la demanda de automóviles eléctricos, informó Daily Mail. La medida implica un cambio significativo en la estrategia del fabricante automotriz, lo que podría costar a la empresa aproximadamente 1.900 millones de dólares.
Tal como se detalla en el informe de Daily Mail, Ford reducirá su inversión anual en vehículos eléctricos del 40% al 30%. La compañía planea enfocar sus esfuerzos en desarrollar modelos híbridos y más accesibles. Según declaraciones del director ejecutivo, Jim Farley, este ajuste estratégico surge en parte por la necesidad de competir con opciones de menor costo provenientes de China. “Un vehículo eléctrico asequible comienza con una batería asequible”, afirmó Farley. “Si no eres competitivo en cuanto al costo de la batería, no eres competitivo”.
La planta en Tennessee, cuya construcción ha sido retrasada, estaba destinada a producir una camioneta eléctrica de próxima generación, según el mismo informe. Ford ya anticipa una pérdida de 5.500 millones de dólares en su unidad de vehículos eléctricos durante este año. Farley subrayó que, a pesar del cambio radical, la decisión está basada en una extensa investigación para asegurar que es el plan correcto. “Tengo mucha confianza”, añadió.
Las modificaciones en la estrategia de Ford se producen en un contexto donde la demanda de vehículos eléctricos en Estados Unidos está disminuyendo, aumentando el interés en modelos híbridos. La empresa ha aprendido a identificar lo que los consumidores valoran y lo que se necesita para combinar diseño y rentabilidad, señaló Farley en CNBC. Con esta nueva planificación, Ford aspira a ofrecer a los clientes una mayor variedad de opciones y aprovechar sus fortalezas.
A pesar del retroceso, el sector de vehículos eléctricos de Ford sigue en expansión, con la Ford F-150 Lightning posicionada como la camioneta eléctrica más vendida en Estados Unidos. No obstante, los consumidores estadounidenses están cada vez más desanimados por el costo y la limitada autonomía de las baterías de los vehículos eléctricos, lo que los lleva a interesarse más en modelos híbridos, que son más accesibles y tienen mayor alcance.
Tesla, líder en el mercado de vehículos eléctricos, también ha sentido el impacto de la desaceleración de la demanda. La empresa de Elon Musk vio sus ganancias caer un 45% en el segundo trimestre de 2024, lo que resultó en descuentos y reducciones de precios para atraer a los compradores, lo que añadió presión sobre sus márgenes. Tesla también tenía un número significativo de vehículos sin vender al final del primer trimestre del año.
Las entregas globales de Tesla disminuyeron un 6,5% en la primera mitad del año debido a la baja demanda en Estados Unidos, de acuerdo con el informe de Daily Mail. A pesar de estos desafíos, Tesla planea lanzar un vehículo eléctrico más económico, con un precio cercano a los 25.000 dólares, a principios de 2025. Los analistas creen que este nuevo modelo impulsará las ventas.
Ford, por su parte, está adaptando su enfoque hacia vehículos híbridos, que se están vendiendo a un ritmo tres veces más rápido que los vehículos eléctricos y el doble de rápido que los modelos a gasolina, detalla CNBC. Este cambio responde a las necesidades del mercado y busca resolver las preocupaciones de los consumidores sobre el costo y la autonomía de las baterías.
Estos cambios indican un ajuste importante en la estrategia de grandes fabricantes de automóviles en respuesta al cambiante panorama de la demanda de vehículos eléctricos en Estados Unidos. Ford y Tesla están reevaluando sus enfoques para seguir siendo competitivos en un mercado donde los consumidores buscan alternativas más cómodas y con mayor autonomía.