(Desde Washington, Estados Unidos) La Casa Blanca lidera una delicada negociación para lograr un cese del fuego entre Hamas e Israel que permita liberar a los rehenes secuestrados por la organización terrorista y frenar un inminente ataque de Irán contra territorio israelí.
Estados Unidos envió a Doha al Director de la CIA, Williams Burns, y a Brett McGurk, coordinador de la Casa Blanca para Medio Oriente, mientras que Qatar está representado por su primer ministro Mohammed Al Thani. Israel desplegó a David Barnea -jefe de la Mossad- y a Ronen Bar -titular del Shin Bet-, en tanto que Hamas decidió excluirse del cónclave pese a la presión política ejercida por el gobierno qatarí.
Sin embargo, el grupo terrorista adelantó que se sumaría a las conversaciones si hay un avance importante hacia el cese del fuego en Gaza. Khalil -al-Hayya, jefe de los negociadores de Hamas, se esconde en Doha y adelantó esa posibilidad a sus contrapartes de Qatar y Egipto.
Las deliberaciones en Qatar tienen consenso global y apuntan a desescalar un conflicto entre Israel e Irán que podría desembocar en una guerra total en Medio Oriente.
No se trata solo de liberar a los rehenes y permitir el ingreso de la ayuda humanitaria en Gaza, Estados Unidos, el G7, Egipto, Qatar, Arabia Saudita, Jordania y las Naciones Unidas apoyan un cese del fuego como un mecanismo diplomático destinado a convencer a Irán sobre las consecuencias de un ataque masivo a Israel.
La iniciativa de Biden prevé un cese del fuego por seis semanas -en una primera etapa-, la libertad de las rehenes, los ancianos y los heridos de gravedad y el ingreso irrestricto de ayuda humanitaria en Gaza. Benjamín Netanyahu comparte los aspectos básicos del proyecto conocido en Washington hace setenta días, pero con el correr del tiempo el premier israelí propuso un conjunto de adendas que fueron rechazadas por los terroristas de Hamas.
Las reformas que pretende Netanyahu se vinculan con la permanencia de las tropas israelíes en la zona de conflicto, la cantidad de presos palestinos que serán cambiados por los rehenes, la necesidad de registrar a los civiles que se moverán hacia la zona norte de Gaza para limitar el contrabando de armas y la pretensión de controlar los corredores que limitan la Franja con la frontera de Egipto.
Hamas rechazó estas propuestas -por eso no participa formalmente en las negociaciones- y además exigió que Israel concluya su ofensiva sobre el sur de Gaza.
La Casa Blanca y Qatar intervienen para encontrar un punto de contacto entre ambas pretensiones estratégicas, una gestión diplomática liderada por el director Burns y el emir Mohammed Al Thani que hasta anoche -hora de Doha- no había prosperado.
El jefe terrorista Ismail Haniyeh fue asesinado en Teherán, adonde había llegado desde Doha para participar de la asunción del presidente iraní Masoud Pezeshkian. El ayatollah Ali Khamanei -líder supremo de Irán- acusó a Israel por la muerte de Haniyeh y prometió como venganza un ataque inmediato a territorio israelí.
En este complejo escenario, el presidente Emmanuel Macron, el canciller Olaf Scholz y el premier Keir Starmer dialogaron con Pezeshkian para alertar sobre las consecuencias de una ofensiva contra Israel. El regimen iraní rechazó las gestiones diplomáticas que se coordinaron desde Francia, Alemania y el Reino Unido.
“Irán está decidido a defender su soberanía y seguridad nacional, además de ayudar a concertar una estabilidad sólida en la región y crear disuasión contra la fuente real de inseguridad y terrorismo en la zona”, sostuvo Naser Kananí, vocero de la Cancillería de Irán.
Y añadió: “La declaración de los tres países europeos, sin objeción alguna a los crímenes del régimen sionista (Israel), solicita descaradamente a la República Islámica de Irán que no castigue como un acto de disuasión al régimen que viola su soberanía e integridad territorial”.
Frente a la respuesta de Irán, Estados Unidos desplegó dos portaviones, un submarino con misiles de largo alcance, tropas de elite y jets de combate de última generación para fortalecer la defensa aérea de Israel. El Pentágono asume que Irán -si finalmente ataca- utilizará cohetes y drones artillados que lanzará Hezbollah desde el Líbano.
El poderío bélico montado por Estados Unidos para proteger a Israel tiene un sentido defensivo.
El Pentágono descarta usar su arsenal para atacar a Irán, si finalmente se decide a lanzar sus misiles y drones contra territorio israelí. La Casa Blanca intenta desescalar las tensiones en Medio Oriente, y por eso apuesta a las negociaciones en Doha que lidera junto a Qatar.
“No voy a especular ni a entrar en hipótesis sobre cuándo y si Irán lanza un ataque o uno de sus representantes lanza un ataque. Sus comentarios públicos han sido muy claros, así que debemos tomarlos en serio. Pero nuestro objetivo es reducir la tensión, trabajar para permitir ese alto el fuego y lograr que estos rehenes regresen a casa”, aseguró Pat Ryder, vocero del Departamento de Defensa.
Las negociaciones en Doha pueden significar un punto de inflexión en el conflicto que desató Hamas con su ataque terrorista a Israel. Si hay acuerdo, habrá cese del fuego, libertad para los rehenes y ayuda humanitaria para Gaza.
En caso contrario, Irán puede atacar territorio israelí y causar un inédito efecto dominó en Medio Oriente.