El gobernador de California, Gavin Newsom, ha instado a los distritos escolares a restringir el uso de teléfonos celulares por parte de los estudiantes en los campus escolares. Según un informe publicado el martes 13 de agosto y difundido por ABC News, Newsom dirigió cartas a diferentes distritos escolares, señalando la necesidad de limitar el uso de teléfonos inteligentes para combatir los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental de jóvenes y niños.
Además, a nivel nacional se ha generado un debate sobre este tema. El martes, en California, Newsom enfatizó que los distritos deberían “actuar ahora” para mitigar las distracciones en las aulas y promover un entorno educativo más saludable. “Cada aula debe ser un lugar de concentración, aprendizaje y crecimiento,” comentó Newsom en su carta, según reportes del medio.
Un ejemplo de la implementación de estas medidas se encuentra en Carolina del Sur, donde la Junta Estatal de Educación adoptó pautas que sugieren prohibir el uso de teléfonos celulares durante el horario de clases. Sin embargo, la votación final se pospuso hasta el próximo mes para dar tiempo a afinar la propuesta, según informó el medio. En este contexto, David O’Shields, presidente del órgano escolar, destacó: “Vamos a preparar bien estos huevos. Quiero una buena tortilla”, refiriéndose a la necesidad de trabajar detenidamente en las reglas antes de adoptarlas, tal y como recoge la misma fuente.
A lo largo del país, varios estados como Utah, Florida y Luisiana están en proceso de limitar el uso de estos dispositivos en las escuelas para reducir las distracciones. No obstante, estas restricciones no están exentas de desafíos. El País resalta que “las prohibiciones no siempre se aplican y los estudiantes a menudo encuentran formas de saltarse las reglas, como esconder los teléfonos en sus regazos”.
En California ya hay precedentes de medidas similares. El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, uno de los más grandes del país con más de 500.000 estudiantes, aprobó una prohibición que entrará en vigor en enero. Nick Melvoin, miembro de la junta escolar, anunció en un comunicado que el objetivo es evitar que la responsabilidad de hacer cumplir la política recaiga sobre los maestros, informó El País.
Antero García, profesor de la Escuela de Posgrado en Educación de la Universidad de Stanford, opinó sobre el tema: “Lo que me sorprende es la incapacidad de la sociedad para avanzar y encontrar otros tipos de soluciones que no sean volver siempre a esta conversación de ‘¿Deberíamos prohibir los dispositivos?’ como solución principal a algo que no ha funcionado”. Para García, la sugerencia de limitar el uso de teléfonos celulares es positiva, pero plantea un desafío para los maestros en secundaria.
Jessica French, madre de dos adolescentes, también se pronunció a favor de estas prohibiciones, argumentando que los teléfonos distraen a sus hijos durante las clases. Ella comentó: “Debería haber una prohibición estatal de los teléfonos en clase”.
En contraposición, Laurie Miles, portavoz de la Asociación de Educación Bilingüe de California, señaló que “las prohibiciones de teléfonos celulares que no tienen parámetros podrían ser una carga para algunos estudiantes que están aprendiendo inglés como segunda lengua”. Ella explicó que en algunas clases, los maestros permiten su uso para ayudar con la traducción, ilustrando la complejidad del asunto.
En Carolina del Sur, los legisladores aprobaron en verano una norma temporal en el presupuesto estatal que exige a las escuelas prohibir los teléfonos móviles o, de lo contrario, perderán la financiación estatal. Según El País, las escuelas tienen hasta principios de 2025 para implementar las normas específicas y sanciones para los estudiantes que las infrinjan. Ellen Weaver, superintendente de Educación, realizó una encuesta entre profesores de Carolina del Sur y encontró que el 92% apoyaba limitar el acceso de los estudiantes a los teléfonos móviles en las aulas, mientras que el 55% estaba a favor de una prohibición total.
El gobernador Newsom manifestó en su carta la importancia de trabajar con la Legislatura estatal para abordar este problema y resaltó que, aunque su mensaje no es un mandato, es un fuerte estímulo para que los distritos escolares actúen. Este esfuerzo refleja un movimiento creciente en diversas zonas de Estados Unidos para encontrar el balance adecuado entre el uso de la tecnología y el rendimiento académico de los estudiantes, intentando así mejorar el ambiente en las aulas.