En tiempos de incertidumbre política y social, un segmento de la población acomodada en Estados Unidos está adoptando un enfoque único para asegurar su futuro: búnkeres de superlujo y segunda ciudadanía en países extranjeros. Según informa The Wall Street Journal, estas medidas, que implican significativas inversiones financieras, buscan proporcionar seguridad en caso de un colapso social o un desastre a gran escala.
Ron Hubbard, director ejecutivo de Atlas Survival Shelters, indicó que sus consultas han aumentado significativamente tras el intento de asesinato del ex presidente Donald Trump en un mitin en Pensilvania. “Creen que se avecina una guerra civil o una revolución en Estados Unidos”, mencionó Hubbard a The Wall Street Journal. Los búnkeres de su empresa destacan por sus características de alta tecnología y lujo, como encimeras de granito y suelos de roble, con un coste que puede superar los USD 200 mil (unos 189 mil euros).
A esta preocupación se añade la visión de Elaine May, historiadora de la Universidad de Minnesota, quien señaló al mismo medio que el actual malestar social es diferente porque “se ve exacerbado por la retórica política”. Su libro “Fortress America” explora cómo los estadounidenses se aíslan ante amenazas reales y percibidas. The Wall Street Journal también recoge que una encuesta de YouGov, realizada tras el intento de asesinato de Trump, reveló que el 67% de los adultos estadounidenses cree que el clima político actual incrementa la probabilidad de violencia con motivos políticos.
El impacto de la ansiedad política en el mercado inmobiliario de supervivencia también ha sido destacado en The Wall Street Journal. Geoffrey Toledo, inversor inmobiliario de Tampa, está considerando adquirir una unidad en el “Survival Condo”, un búnker de 15 pisos de profundidad situado en un silo de misiles abandonado en Kansas. Toledo expresó al medio: “En este momento el mundo está en un sube y baja. Es una cuestión de ver hacia dónde va a ir”.
La demanda de búnkeres superlujo ha alcanzado su punto máximo, según Larry Hall, el cerebro detrás del Survival Condo. Este búnker no solo ofrece seguridad ante posibles catástrofes, sino también comodidades como una piscina y un salón de cócteles. Scott Bowman, socio de McDermott Will & Emery, explicó a The Wall Street Journal que defender la riqueza “en un entorno global complejo” es esencial para sus clientes con patrimonios superiores a USD 500 millones (unos 472 millones de euros).
El fenómeno no se limita a la compra de búnkeres. Hay un aumento notable en las consultas sobre obtener segundas ciudadanías. Jean-Philippe Brunet, abogado de inmigración en Montreal, comentó al medio que su oficina ha registrado un incremento en las consultas sobre mudarse a Canadá. “Una preocupación que une a todos parece ser la posible incertidumbre sobre los escenarios postelectorales”, afirmó. Henley & Partners USA ha reportado un aumento casi siete veces en las solicitudes de programas de “ciudadanía por inversión” entre 2018 y 2023.
Henley & Partners también indicó que Malta es uno de los destinos más populares para la ciudadanía por inversión, a pesar de requerir una contribución no reembolsable de 750 mil euros (unos USD 813 mil). Judi Galst, de Henley, señaló al medio que sus clientes provienen de todo el espectro político y buscan principalmente estabilidad.
Por su parte, Philippe Briggs, un detective de policía retirado, utiliza su búnker en Dakota del Sur como retiro de verano y refugio para él y su familia. No obstante, Scott Hunt, consultor del programa de National Geographic “Doomsday Preppers”, cuestiona la viabilidad de los búnkeres a largo plazo, señalando los desafíos de mantenimiento subterráneos y la oscuridad de supervivencia a eventos catastróficos: “Si no queda nada, creo que no entendiste el punto”.
Estos nuevos refugios y estrategias reflejan un cambio dramático en la mentalidad de los estadounidenses más ricos, que buscan maneras sofisticadas de asegurar su supervivencia y la de sus familias en caso de crisis profundas.