(Desde Washington, Estados Unidos) Estados Unidos despliega su potencial bélico en Medio Oriente con la intención de proteger a Israel frente a un inminente ataque aéreo de Irán para vengar la muerte de Ismail Haniyeh, líder del grupo terrorista Hamas.
La acción defensiva del Pentágono sucede en paralelo con un profundo movimiento diplomático de la Casa Blanca destinado a desescalar un probable conflicto militar que puede transformar a Medio Oriente en un caos distópico.
Joseph Biden mantuvo conversaciones con Emmanuel Macron (Francia), Keir Starmer (Reino Unido), Olaf Scholz (Alemania) y Georgia Meloni (Italia) para coordinar esfuerzos que permitan alertar a Irán sobre las consecuencias políticas y económicas de un ataque a Israel.
Cuando concluyeron las conversaciones de Biden con sus socios del G7, Starmer y Scholz dialogaron el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, para transmitir la advertencia de las democracias más poderosas de Occidente. Pezeshkian no es el poder real en Irán, que pertenece a los ayatollahs, y la respuesta al premier británico y al canciller fue una simple formalidad institucional.
En un comunicado oficial emitido por la administración laborista se describió el tono de la conversación entre Starmer y Pezeshkian.
“El Primer Ministro sostuvo que estaba profundamente preocupado por la situación en la región y pidió a todas las partes que redujeran la tensión y evitaran más enfrentamientos regionales. Asimismo planteó que existía un grave riesgo de error de cálculo y que ahora era el momento de mantener la calma y reflexionar con cautela. Por último solicitó a Irán que se abstuviera de atacar a Israel y añadió que la guerra no beneficiaba a nadie”, sostiene el comunicado del gobierno británico.
Mientras Biden agotaba sus llamadas con los líderes europeos, el secretario de Defensa Lloyd J. Austin III movilizaba al submarino Georgia para robustecer la defensa de Israel. Ese submarino puede disparar misiles cruceros y en su tripulación se destaca la presencia de comandos SEAL.
Antes de mover al submarino Georgia hacia Medio Oriente, el jefe del Pentágono dispuso que se trasladara el portaviones Abraham Lincoln al Golfo de Oman, adonde ya está desplegado otro portaviones llamado Theodore Roosevelt, en tributo al presidente de los Estados Unidos.
-¿Están tratando de dar un mensaje?-, le preguntaron al general Patrick Ryder, vocero del Pentágono, durante una conferencia de prensa que ayer protagonizó en Washington.
-Absolutamente. Estamos buscando reducir las tensiones-, contestó Ryder.
La respuesta del vocero del Pentágono encierra una expectativa política de dudoso cumplimiento. La Casa Blanca cree que la flota de Estados Unidos en las cercanías de Medio Oriente puede inducir al renunciamiento bélico de Irán, una hipótesis de conflicto que no cuadra con la estrategia regional del ayatollah Alí Khamenei, autoridad máxima de Irán.
“Habrá un castigo severo contra Israel”, aseguró el ayatollah Khamenei tras el asesinato del terrorista Haniyeh.
Israel no ha confirmado o desmentido que es responsable de la muerte del líder de Hamas ocurrida durante un atentado ejecutado en Teherán.
La posición de Khamenei fue objeto de dos informes de inteligencia que recibieron Biden y Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos y candidata presidencial del partido demócrata. Esos informes en el Salón Oval aseguran que es inminente el ataque de Irán contra Israel. Esta información clasificada ya está en manos de Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí.
John Kirby, vocero del Consejo de Seguridad Nacional, aseguró en la Casa Blanca que la ofensiva iraní ocurría durante esta semana. La presunción de Kirby se apoya en los dossiers de inteligencia que Washington comparte con Jerusalem frente a la amenaza explícita de Teherán.
El jueves próximo habrá una nueva ronda de negociaciones en Doha para lograr un cese del fuego en Gaza, que permitiría liberar a los rehenes secuestrados por Hamas tras el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023. Hamas adelantó que no tiene intenciones de participar en las conversaciones, una señal que hizo más fuerte la posibilidad de un ataque inmediato de Irán.
Hamas es una pieza del tablero de Medio Oriente que maneja Teherán, y si finalmente no se suma al cónclave en Qatar, es porque el regimen de los ayatollahs decidió avanzar sobre israel al margen de un posible cese del fuego en Gaza.