(Desde Washington, Estados Unidos) A pedido de Estados Unidos, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó a sus miembros para debatir un proyecto de Resolución destinado a condenar la represión ilegal ejecutada por Nicolás Maduro y el exigir al regimen populista que publique los resultados de los comicios presidenciales del 28 de julio. Hace doce días, la OEA fracasó en sancionar una iniciativa similar por la posición geopolítica que tuvieron Brasil, México, Colombia y ciertos países del Caribe alineados con China, Rusia y la dictadura de Venezuela.
El proyecto de Resolución será tratado mañana de manera informal en una reunión a puerta cerradas, y si finalmente hay acuerdo diplomático, se aprobaría antes del viernes en una sesión de emergencia de la OEA.
La iniciativa presentada por Estados Unidos, y respaldada por Canadá, Ecuador, Guatemala, Paraguay, República Dominicana, Suriname y Uruguay, establece lo siguiente:
“1. Reconocer la participación sustancial y pacífica del electorado de Venezuela en las elecciones celebradas el 28 de julio de 2024.
2. Condenar las violaciones de los derechos humanos en Venezuela, que incluyen encarcelamientos arbitrarios, detenciones y muertes, y solicitar el cese inmediato de todos estos abusos, así como de las tácticas de intimidación contra la oposición.
3. Declarar que es una prioridad absoluta promover los derechos humanos y las libertades fundamentales en Venezuela, especialmente el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente sin represalias.
4. Instar al Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela a que: a) publique de manera expeditiva los resultados de la votación de las elecciones presidenciales a nivel de cada mesa electoral, y b) respete el principio fundamental de la soberanía popular permitiendo una revisión integral de los resultados a través de un mecanismo de verificación imparcial que garantice transparencia, credibilidad y legitimidad.
5. Resaltar la importancia de proteger y preservar todos los equipos utilizados en el proceso electoral, incluyendo las actas y resultados impresos, a fin de salvaguardar toda la cadena de custodia del proceso de votación.
6. Expresar solidaridad con el pueblo venezolano y comprometerse a permanecer atento a la situación en la República Bolivariana de Venezuela”.
Hace unos días, Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) abrieron una negociación reservada con Maduro para lograr que el regimen populista acepte exhibir las actas de las elecciones presidenciales que ganaron Edmundo González Urrutia y María Corina Machado.
En este contexto, Brasil, Colombia y México -junto a ciertos países del Caribe- bloquearon una resolución que condenaba a la dictadura venezolana por el fraude cometido en los comicios del 28 de julio.
El fracaso de esa votación, ocurrida el 31 de julio pasado, determinó que Estados Unidos iniciara una nueva negociación política para lograr -finalmente- una mayoría necesaria que le permita aprobar la condena al regimen populista que niega el triunfo de González Urrutia y reprime a la oposición política que enfrenta al gobierno chavista.
La Casa Blanca, apoyada por Argentina, Canadá, Chile y Paraguay, entre otros países, había logrado 17 votos frente a las 11 abstenciones y 5 ausencias que cosecharon Lula, Petro y AMLO en favor de Maduro. Ahora ya no hay dudas sobre la posición dictatorial de Maduro, y la reunión de mañana apunta a reunir al menos 20 votos que permitan quebrar la resistencia de Brasil, México y Colombia.
Si Estados Unidos suma a Brasil y Colombia, es probable que haya un corrimiento automático de países caribeños que no tienen una absoluta dependencia energética con Venezuela.
De esta manera, el proyecto de la administración Biden llegaría al menos a 20 votos, una cifra suficiente para que la OEA sancione una iniciativa condenando al fraude cometido por Maduro y a la represión que desató contra los millones de venezolanos que exigen una inmediata transición democrática.
La negociación secreta está liderada por la Casa Blanca y su final todavía es incierto.