NASA y Boeing enfrentan serios problemas de calidad en los sistemas aeroespaciales, según un informe del inspector general de la agencia espacial divulgado recientemente. Este informe pone de manifiesto deficiencias en los estándares y control de calidad de la fabricante en su contribución a los esfuerzos de la agencia espacial estadounidense para regresar a los astronautas varados en el Starliner.
Según reportó NBC News, el sistema de control de calidad de Boeing no cumple con los requisitos de la NASA, y algunas deficiencias conocidas no se han solucionado. Además, la experiencia y la formación del personal involucrado en el proyecto son insuficientes. La situación agrava las preocupaciones ya existentes sobre el primer vuelo tripulado de la cápsula Starliner.
“Las cuestiones de control de calidad en Michoud se deben principalmente a la falta de un número suficiente de trabajadores aeroespaciales capacitados y experimentados en Boeing,” señala el informe. Estas deficiencias no son nuevas y se suman a las dificultades que enfrenta la compañía en diversos frentes, como el incidente de enero con la explosión de una puerta en el avión 737 Max.
NBC News destacó que la misión de prueba no tripulada del sistema de lanzamiento espacial, el Space Launch System (SLS), y la cápsula Orion en 2022 denominada Artemis I fue completada, pero la empresa se enfrenta a un aumento considerable de costos.
El proyecto SLS, cuya fase superior está a cargo de Boeing, pasó de un presupuesto inicial de USD 962 millones en 2017 a una proyección de USD 2,8 mil millones para 2025.
“El proceso de Boeing para abordar las deficiencias hasta la fecha ha sido ineficaz”, resaltó el informe, que asimismo menciona que la empresa ha sido “generalmente no receptiva en tomar acciones correctivas cuando los mismos problemas de control de calidad vuelven a ocurrir”.
El informe del inspector general no solo trae a la luz problemas de calidad, sino también significativos retrasos y sobrecostes. La entrega de la etapa superior del SLS estaba prevista originalmente para febrero de 2021, pero ahora se ha retrasado hasta abril de 2027. Según NBC News, el costo del proyecto SLS Block 1B podría ascender a USD 5,7 mil millones cuando finalmente se lance.
Boeing no quiso hacer comentarios sobre estas críticas y remitió las preguntas a NASA. Catherine Koerner, administradora asociada de la Dirección de Misiones de Desarrollo de Sistemas de Exploración en la sede de la agencia espacial, indicó en una respuesta escrita que la agencia mantiene “los más altos estándares técnicos y programáticos.”
“NASA está comprometida con asegurar que su fuerza laboral y los contratistas asociados estén calificados y debidamente capacitados para garantizar la seguridad de sus misiones,” afirmó Koerner en el pronunciamiento.
El informe del inspector general incluye varias recomendaciones. Entre ellas, se sugiere imponer “penalidades financieras para el incumplimiento de Boeing con los estándares de control de calidad”. No obstante, la agencia decidió no aplicar ninguna sanción financiera.
Mientras tanto, se espera que el SLS Block 1B sea utilizado para llevar a los astronautas de la misión Artemis II alrededor de la luna en el futuro, un objetivo que ha sido continuamente retrasado. Este retraso ha provocado cambios en el cronograma de desarrollo y aumento de costos.
La fabricante comenzó a trabajar en la versión mejorada del SLS en 2014 con la intención de transportar más carga a la luna. Sin embargo, los contratiempos continúan acumulándose. A pesar de los desafíos, NASA sigue invirtiendo en el proyecto, que representa una parte vital de su programa de regreso a la luna.
El programa Artemis planea establecer una base en la superficie lunar, pero el camino está plagado de obstáculos. La agencia espacial ha invertido más de USD 42 mil millones en más de una década en los sistemas SLS y Orion. Cada lanzamiento de Artemis podría costar hasta USD 4,2 mil millones, según estimaciones del inspector general el año pasado.