Cayó la migración ilegal entre Estados Unidos y México

Una disminución notable de cruces ilegales y sus efectos se observan en la frontera ¿El futuro? Incierto debido a la migración venezolana

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El contraste extremo en Phoenix es notorio. Los cruces ilegales que saturaron refugios el pasado otoño han disminuido gracias a las nuevas políticas de seguridad conjunta (REUTERS/Go Nakamura)
El contraste extremo en Phoenix es notorio. Los cruces ilegales que saturaron refugios el pasado otoño han disminuido gracias a las nuevas políticas de seguridad conjunta (REUTERS/Go Nakamura)

La situación de la migración ilegal en la frontera entre Estados Unidos y México ha experimentado cambios notables en los últimos meses. Según un informe de The Wall Street Journal, existe una reducción, la cual se debe a las nuevas medidas de seguridad implementadas por ambos países durante un año electoral. Sin embargo, esta cooperación presenta desafíos significativos, especialmente con la creciente afluencia de migrantes venezolanos.

Durante el otoño pasado, Phoenix fue testigo de un aumento considerable en los cruces ilegales, lo que colapsó los refugios locales. Esto contrastaba con la situación actual donde dichos refugios, incluido el más grande de la ciudad, están prácticamente vacíos.

Esta disminución ha sido posible gracias a un “nuevo impedimento de seguridad” en el que los migrantes se encuentran en su trayecto hacia la frontera de Estados Unidos a través de México, reportó The Wall Street Journal.

Una de las estrategias clave ha sido la implementación de puntos de verificación en las carreteras y la vigilancia de la Guardia Nacional de México en las riberas del Río Grande, con el objetivo de evitar la concentración masiva de migrantes. Además, miles de solicitantes de asilo que se dirigían al norte han sido enviados de regreso al sur de México, cerca de Guatemala.

Los esfuerzos también han incluido un programa de reubicación, descrito como “Serpientes y Escaleras” debido a la manera en que los migrantes son desplazados por todo el país. “Muchas familias simplemente decidieron regresar a Sudamérica”, comentaron algunos migrantes entrevistados por The Wall Street Journal.

Estados Unidos ha adoptado nuevas herramientas, incluyendo una orden emitida por el presidente Joe Biden que descalifica a los migrantes que ingresan ilegalmente de ganar asilo. Esto ha permitido deportaciones más rápidas y ha reducido el número de liberaciones dentro del país.

El esfuerzo ha dado resultados impresionantes, registrándose aproximadamente 57.000 cruces ilegales en julio, comparado con 250.000 en diciembre, según una fuente familiarizada con datos no publicados del gobierno estadounidense.

La negativa de Maduro a aceptar deportaciones y la crisis electoral en Venezuela complican el panorama migratorio. Los migrantes continúan su camino hacia un futuro incierto (REUTERS/Jose Luis Gonzalez)
La negativa de Maduro a aceptar deportaciones y la crisis electoral en Venezuela complican el panorama migratorio. Los migrantes continúan su camino hacia un futuro incierto (REUTERS/Jose Luis Gonzalez)

“Esto es exactamente lo que la administración quería”, mencionó Andrew Selee, presidente del Migration Policy Institute, al medio de prensa.

Sin embargo, persisten desafíos. A diario, llegan miles de migrantes a México, en su mayoría venezolanos, que no pueden ser deportados debido a la negativa del gobierno autoritario de Nicolás Maduro a aceptarlos. También existe un riesgo creciente de una nueva “oleada de migrantes venezolanos” debido a la crisis social tras las elecciones presidenciales en ese país, que estuvieron plagadas de acusaciones de fraude.

La orden del presidente Joe Biden, descalificando a los migrantes ilegales para el asilo, ha permitido una reducción significativa en cruces ilegales a lo largo de la frontera (REUTERS/Jose Torres)
La orden del presidente Joe Biden, descalificando a los migrantes ilegales para el asilo, ha permitido una reducción significativa en cruces ilegales a lo largo de la frontera (REUTERS/Jose Torres)

Las estrategias implementadas se enfrentan a pruebas importantes, incluido un posible resurgimiento de la migración venezolana. A pesar de las actuales políticas, “estamos muy alertas”, dijo Yenzi Granadillo, un migrante venezolano entrevistado por The Wall Street Journal, quien planea solicitar asilo utilizando la aplicación CBP One para evitar los riesgos de deportación.

La coordinación entre ambos países ha sido decisiva. Tras conversaciones durante las fiestas navideñas, México terminó prácticamente con su programa de otorgamiento de visas humanitarias a los solicitantes de asilo, visas que a menudo se usaban para reducir los riesgos de detención al migrar hacia la frontera estadounidense.

Además, se desplegó una flota de autobuses que ha reubicado a más de 60.000 migrantes desde los estados fronterizos del norte hacia el sur, como Villahermosa en el estado de Tabasco, de acuerdo con estimaciones del Instituto de las Mujeres en la Migración.

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