Los cruces ilegales por parte de migrantes a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos continuaron en descenso por quinto mes consecutivo en julio, llegando a su nivel más bajo desde el otoño de 2020. Así lo revelan las cifras internas del gobierno obtenidas por CBS News.
En julio, los agentes de la Patrulla Fronteriza realizaron aproximadamente 56,000 aprehensiones de migrantes entre los puntos de entrada oficiales en la frontera entre Estados Unidos y México. Esta cifra es la más baja registrada desde septiembre de 2020, cuando se reportaron cerca de 55,000 detenciones, de acuerdo con los datos preliminares de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
En diciembre del año pasado, durante un pico récord en la migración que saturó a los agentes en partes de Texas y Arizona, la Patrulla Fronteriza informó haber realizado 250,000 aprehensiones, una cantidad más de cuatro veces superior a la registrada en julio de este año.
El marcado descenso de los cruces fronterizos en julio sigue un notable patrón de disminución de la inmigración ilegal que comenzó a principios de este año. La Patrulla Fronteriza reportó 84,000 detenciones en junio, 118,000 en mayo, 129,000 en abril, 137,000 en marzo y 141,000 en febrero, según las estadísticas gubernamentales.
Las cifras proporcionadas no incluyen las entradas por los puntos de cruce oficiales, conocidos como puertos de entrada, donde la administración de Biden está procesando alrededor de 1,500 migrantes por día a través de una aplicación móvil que distribuye citas a aquellos que esperan en México.
La migración hacia la frontera de Estados Unidos ha disminuido tanto que el promedio diario semanal de cruces ilegales se está aproximando al umbral de 1,500 establecido por la administración Biden para desactivar su política de restricción de asilo. En diciembre, la Patrulla Fronteriza registró alrededor de 8,000 cruces ilegales por día.
Política de Biden
Los funcionarios estadounidenses han atribuido esta marcada tendencia a una proclamación emitida por el presidente Joe Biden a principios de junio, que restringió drásticamente el acceso al sistema de asilo de Estados Unidos, que estaba sobrecargado.
“Este es el resultado de varias acciones que esta administración ha tomado”, mencionó el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en una entrevista con CBS News esta semana. Entre esas medidas, destacó “la acción ejecutiva del presidente, que limitó el asilo entre los puertos de entrada, eliminando a los contrabandistas”.
La proclamación de junio del presidente cerró efectivamente el procesamiento de asilo entre los puertos de entrada, facilitando que los funcionarios de inmigración de Estados Unidos devuelvan rápidamente a los migrantes a México o a sus países de origen si ingresan ilegalmente al país.
El cambio de política también ha provocado una fuerte disminución en la cantidad de migrantes que son liberados en Estados Unidos para esperar audiencias de asilo, según muestran las estadísticas federales.
Los funcionarios estadounidenses consideran esas liberaciones como un “factor de atracción” que induce a la migración, ya que los migrantes que son liberados suelen quedarse en el país durante años, incluso si sus solicitudes de asilo fracasan, debido a que los tribunales de inmigración tienen una acumulación de millones de casos.
Bajo las nuevas reglas, los funcionarios estadounidenses ya no están obligados a preguntar a los migrantes si temen ser dañados si son deportados. Incluso si expresan temor, son remitidos a entrevistas preliminares de asilo con estándares mucho más altos.
Los niños no acompañados y ciertos grupos vulnerables están exentos de la restricción de asilo, la cual ha tenido un impacto más limitado en migrantes de países donde Estados Unidos no realiza deportaciones regularmente.
Mayorkas explicó que la administración optó por restringir el asilo de manera unilateral después de que un acuerdo de seguridad fronteriza negociado por la Casa Blanca y un pequeño grupo de senadores fracasara debido a la falta de apoyo republicano suficiente. “A pesar de una propuesta bipartidista, el Congreso no actuó, la política se interpuso y el presidente tomó la decisión decisiva de su orden ejecutiva”, señaló.
Pero mientras la administración acredita la acción del presidente Biden por los niveles más bajos de inmigración ilegal, el movimiento ha generado críticas por parte de defensores que argumentan que infringe la ley de asilo de Estados Unidos, así como de legisladores republicanos que dicen que el presidente actuó solo por preocupaciones políticas en torno a la inmigración antes de las elecciones.
Mayorkas rechaza estas críticas, señalando que la administración ha creado varios programas para que los migrantes ingresen legalmente a Estados Unidos, incluyendo el sistema de citas en la frontera impulsado por una aplicación y una política que permite a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos volar haciaEstados Unidos si tienen patrocinadores estadounidenses.
“El sistema de asilo está abierto, la frontera no”, subrayó Mayorkas. “Las personas deben tomar los caminos legales, seguros y ordenados que hemos desarrollado. Eso es una cuestión no sólo de aplicación de la ley, de seguridad fronteriza – es una cuestión de imperativo humanitario”, explicó.
Se espera que las restricciones al asilo continúen el próximo año, independientemente de quién gane las elecciones presidenciales en noviembre. El director de campaña de la vicepresidenta Kamala Harris recientemente señaló a CBS News que la demócrata continuaría con la restricción de asilo de Biden, mientras que el ex presidente Donald Trump ha prometido reinstaurar sus políticas fronterizas de línea dura.