Los astronautas de la NASA Sunita Williams y Butch Wilmore siguen esperando en la Estación Espacial Internacional (ISS) a que se resuelvan las pruebas en la cápsula Starliner de Boeing , 56 días después de su despegue. La misión, que inicialmente debía durar alrededor de una semana, se ha extendido casi dos meses, manteniendo a Williams y Wilmore en el espacio, mientras los equipos de tierra intentan garantizar un retorno seguro.
La cápsula Starliner, que marcaba su primer vuelo tripulado al espacio el pasado 5 de junio, ha presentado varias fallas que no se esperaban. Los problemas técnicos incluyen una fuga de helio en el sistema de propulsión y la falla de cinco de sus propulsores durante el acoplamiento con la ISS. Pese a que las fugas de helio fueron detectadas antes del lanzamiento, los gerentes de la misión habían asegurado que no pondrían en riesgo el vuelo ni la seguridad de los astronautas.
Durante el fin de semana, ingenieros de la NASA y Boeing realizaron una prueba crucial de los motores de la cápsula, llamada “hot fire test”. Esta fue la segunda prueba de este tipo hecha a los propulsores del Starliner mientras está acoplado a la ISS. Durante la prueba, 27 de los 28 motores se encendieron en ráfagas de hasta 1,2 segundos. Los ingenieros evalúan el rendimiento de cada motor y revisan el estado de las fugas de helio.
La NASA informó en su blog que “los resultados preliminares fueron alentadores, con todos los propulsores probados funcionando bien”. Chloe Mehring, directora de vuelo de la NASA para la misión Starliner , agregó que “ambos equipos quedaron muy satisfechos con los resultados”.
La agencia también confirmó que el sistema de propulsión del Starliner se mantenía estable y que las tasas de fuga de helio no habían aumentado de manera que comprometa el regreso a la Tierra. Aseguró además que los sistemas de helio volverán a ser evaluados antes de que la cápsula se desacople de la estación espacial.
Wilmore y Williams estuvieron sentados dentro de la cápsula durante la prueba, como parte de sus preparativos para el regreso. Los propulsores son esenciales para maniobrar la nave en órbita, durante el acercamiento y alejamiento de la ISS , y para la posición correcta antes de iniciar el regreso a la Tierra, según informó NBC News.
Estas pruebas en órbita de la cápsula Starliner fueron precedidas por semanas de trabajo en tierra utilizando un motor de prueba en las instalaciones de NASA White Sands Test Facility en Nuevo México . Los equipos sometieron ese motor y propulsores, diseñados para futuros vuelos de Starliner, en condiciones similares a las que experimentó la cápsula en su camino hacia la ISS. También replicaron condiciones que la Starliner experimentará al desacoplarse y prepararse para reingresar a la atmósfera.
En los próximos días, funcionarios de NASA y Boeing evaluarán todos los datos de las pruebas realizadas hasta la fecha y podrían realizar una revisión formal para discutir cuándo traer la cápsula y su tripulación de regreso a la Tierra. Aunque la NASA no ha fijado una fecha definitiva para el aterrizaje, señaló que hay oportunidades a lo largo de agosto.
Inicialmente, la NASA había estipulado un límite de permanencia de 45 días para Wilmore y Williams en la estación espacial debido a restricciones con las baterías de la cápsula Starliner. Sin embargo, en declaraciones anteriores este mes, la agencia explicó que las baterías estaban siendo recargadas mientras la nave está acoplada, reduciendo el riesgo de prolongar el tiempo de la cápsula en órbita.
La misión es clave para Boeing. Con ella, la compañía busca demostrar que su cápsula Starliner puede llevar astronautas de manera segura hacia y desde la Estación Espacial Internacional. Esto es un paso fundamental antes de que la NASA autorice a la empresa para realizar vuelos rutinarios al laboratorio orbital, un contrato que ha sido manejado desde 2020 por su competidor SpaceX.
El primer vuelo de prueba sin tripulación de la cápsula Starliner en 2019 también se enfrentó a problemas y tuvo que ser acortado después de que fallos de software impidieron que la cápsula intentara acoplarse a la ISS. Posteriores problemas con las válvulas de combustible causaron varios retrasos antes de que el vehículo lograra acoplarse sin tripulación en 2022.