(Desde Washington, Estados Unidos) Benjamín Netanyahu regresó satisfecho de los Estados Unidos a Israel, tras una gira de cinco días por Washington y Florida que implicó un discurso en el Capitolio y reuniones sucesivas con Joe Biden, Kamala Harris y Donald Trump.
Netanyahu obtuvo una respaldo político sin fisuras en Estados Unidos para su decisión política de exterminar al grupo terrorista Hamas, a pesar de las diferencias sobre el procedimiento bélico y sus consecuencias humanitarias que explicitaron Harris y Trump durante sus encuentros con el premier israelí.
Biden recibió a Netanyahu por casi dos horas en el Salón Oval, y durante la reunión el presidente de los Estados Unidos exigió al primer ministro de Israel que firme el cese del fuego que se negocia en Medio Oriente y Europa desde hace dos meses. Fue una charla a solas entre dos amigos que se conocen desde 1982.
Cuando terminó su encuentro con Biden, y tras una reunión agridulce con familiares estadounidenses de rehenes que Hamas mantiene cautivos en Gaza, Netanyahu protagonizó un tenso cónclave con Harris, que es vicepresidente de los Estados Unidos y candidata presidencial del partido Demócrata.
A diferencia de la cita con Biden, adonde no hubo una declaración pública, Harris terminó con Netanyahu y fijó su posición ante los periodistas acreditados en la Casa Blanca. Sin eufemismos políticos, la vicepresidenta expuso qué piensa acerca de la estrategia bélica del premier israelí y sus consecuencias humanitarias en la zona de combate.
“Acabo de decirle al primer ministro Netanyahu que es hora de que se cierre el acuerdo. Así que a todos los que han estado pidiendo un alto el fuego y anhelan la paz, los veo y los escucho. Hagamos el acuerdo para conseguir un alto el fuego y poner fin a la guerra”, declaró Harris ante la prensa.
Y completó: “Se lo expliqué al primer ministro, mi gran preocupación es por la escala de sufrimiento humano en Gaza, incluyendo la muerte de demasiados civiles inocentes”.
Las declaraciones públicas de Harris irritaron a Netanyahu, que contestó a través de su ministro de la Diaspora, Amichai Chikli, quien posteó en X un comentario cuestionando a la vicepresidente de los Estados Unidos.
“Lo que ha estado sucediendo en Gaza durante los últimos nueve meses es una lucha para erradicar las fuerzas de la oscuridad que cometieron estas atrocidades; Sería prudente que cualquiera que aspire a liderar el mundo libre supiera distinguir entre causa y efecto, bien y mal”, señaló Chikli sin mencionar a Harris.
Horas después de su cita con Harris en DC, Netanyahu partió hacia Florida para su reunión con Donald Trump en Mar a Lago. A diferencia de su adversaria demócrata, el candidato republicano cerró filas con el premier israelí. Trump cuestionó la posición de Harris, a pesar de sus propias diferencias con Netanyahu respecto a sus dilaciones para acordar el cese del fuego con Hamas.
“Creo que sus comentarios sobre (Israel y la guerra en Gaza) fueron irrespetuosos. No fueron muy agradables en relación con Israel. En realidad, no sé cómo una persona que es judía puede votar por ella. Pero eso es asunto suyo. Pero ciertamente fue irrespetuosa con Israel, en mi opinión”, opinó Trump sin nombrar a Harris.
Estas declaraciones del expresidente de Estados Unidos encierran una paradoja política. Trump coincide con Biden y Harris sobre la actitud dilatoria de Netanyahu sobre el cese del fuego en Gaza, y sus diferencias con la administración demócrata recién aparecen respecto a las consecuencias humanitarias de la guerra en la Franja.
Biden y Harris insisten en bloquear las bombas de 1.000 kilos que exige Netanyahu para atacar a Hamas y están preocupados por la hambruna y las enfermedades infecciosas que golpea a la población civil de Gaza, dos asuntos derivados de la confrontación bélica en los que Trump aún no ha fijado posición pública.
Al margen de estas diferencias políticas entre el tándem Biden-Harris y Trump, el premier israelí regresó satisfecho a Jerusalén. Ya sabe que, más allá del resultado electoral, Estados Unidos estará a su lado frente a los terroristas que responden a Hamas, Hezbollah, la Jihad Islámica, los Huties e Irán.