Vintage Wine Estates, un importante conglomerado vinícola de California, anunció el miércoles 24 de julio que solicitó la bancarrota y planea un “despido masivo” de toda su plantilla laboral, según información proporcionada por informes gubernamentales y compartidos por The Chronicle. La empresa es reconocida como el decimoquinto mayor productor de vino en América y planea eliminar 377 puestos de trabajo en 10 ubicaciones diferentes repartidas en cuatro condados del Área de la Bahía.
El despido afectará a empleados en varias bodegas: en el condado de Napa, se despedirán 27 trabajadores de Clos Pegase y Girard de Calistoga; en el condado de Sonoma, 86 empleados de B.R. Cohn, Kunde Family Winery, Viansa Winery y Sonoma Coast Vineyards serán cesados. Además, habrá despidos en Laetitia Vineyard & Winery en Arroyo Grande (condado de San Luis Obispo), Ace Cider en Sebastopol, la sede de Vintage en Santa Rosa y una instalación de producción en Hopland (condado de Mendocino).
El Aviso de Ajuste y Reentrenamiento del Trabajador (WARN), presentado ante las autoridades de California, indica que si se aprueba la solicitud de bancarrota y la venta de activos a uno o varios compradores, Vintage “cesará operaciones y todos sus empleados serán despedidos”. El aviso también menciona: “Si bien tenemos la esperanza de que un comprador contrate aparte de la fuerza laboral de la empresa, no podemos estar seguros de que eso ocurra”.
Los despidos están programados para comenzar a partir del 27 de septiembre, o dentro de los 14 días siguientes, según el mencionado aviso. Vintage no ha respondido de inmediato a la solicitud de comentarios de The Chronicle.
Esta noticia se produce después de que Vintage anunciara una reducción del 7% de su fuerza laboral en 2023, seguida de al menos otro 15% este mismo año. A pesar de sus dificultades financieras, la empresa había afirmado que esperaba que las operaciones comerciales “continúen en gran medida como de costumbre”. Sin embargo, la declaración de bancarrota del Capítulo 11 cambia drásticamente el panorama.
Vintage, que salió a bolsa en 2020, comunicó su intención de retirarse voluntariamente del mercado de valores. El precio de oferta, que debutó a USD 9.68, cayó por debajo de USD1 el año pasado y ha estado por debajo de los 20 centavos desde principios de junio. En diciembre pasado, la empresa reveló que tenía una deuda pendiente superior a USD 300 millones. En un intento de mitigar sus obligaciones, Vintage vendió recientemente una de sus bodegas, Cosentino en St. Helena.
Vintage Wine Estates alberga múltiples bodegas de renombre bajo su paraguas, y su caída en bancarrota impacta significativamente en el mercado vinícola de California. La empresa mencionó en el aviso presentado que, de ser aprobadas sus solicitudes, sus activos podrían ser adquiridos por uno o varios compradores, lo que podría ofrecer una mínima esperanza aparte de su fuerza laboral.
El futuro de los empleados de Vintage se mantiene incierto, a la espera de la aprobación judicial de la bancarrota y la potencial venta de activos. La empresa aseveró: “no podemos estar seguros de que [la contratación por parte de un comprador] ocurra”.
Con esta drástica medida, la industria vinícola, no solo de California, sino a nivel nacional, observa de cerca las repercusiones de la bancarrota de Vintage Wine Estates.