El Servicio Secreto de los Estados Unidos pidió en los últimos días al equipo de campaña de Donald Trump que suspenda los actos al aire libre y los reemplace por eventos en sitios cubiertos, en un intento por minimizar los riesgos y evitar que un episodio similar al tiroteo de hace unas semanas vuelva a tener lugar.
Los encuentros con grandes multitudes en espacios abiertos son casi una marca distintiva del político republicano, que a menudo y desde hace años, suele presentarse a estas convocatorias y brindar sus discursos. Inclusive, éstas se volvieron una especie de culto entre sus seguidores más fieles, que aprovechan para lookearse en su honor, celebran pequeñas fiestas en los estacionamientos, venden souvenirs en las inmediaciones y hasta desfilan con sus enormes camionetas.
También, suele darse la presencia de figuras y oradores que anteceden al empresario, que aparece sobre el final.
“Hemos visto desde los primeros días de su presidencia, y hasta antes de eso, durante su primera campaña en 2016, lo importante que es para él el tamaño de la multitud. Le da mucha alegría y energía estar con grandes multitudes. Se alimenta de su energía. Es casi como una fuente de consuelo para él”, dijo Sarah Matthews, ex portavoz del mandatario.
La mayoría de estos actos se encabezan en aeropuertos, ferias, estadios de fútbol y otros recintos al aire libre, como ya había adelantado a principios de año el equipo de Trump, de cara a su postulación en noviembre.
Sin embargo, tras el tiroteo que tuvo lugar el 13 de julio durante un mitin en Pensilvania -casualmente en un espacio al aire libre- el Servicio de Seguridad explicó que se requiere una logística mucho más importante para garantizar la seguridad de Trump en espacios de esas características, y pidió optar por opciones cerradas, de aquí al 5 de noviembre. En el pasado, ya habían rechazado los planes de la campaña por la misma razón.
Los espacios a puerta cerrada son más fáciles de controlar porque se cuenta con un número finito de puertas, detectores de metales en todas las entradas, hay menos problemas de línea de visión y no requiere que los agentes lleguen con tanta antelación para elaborar un plan de seguridad.
Desde su equipo sostuvieron que “obviamente, un recinto cubierto tiene un aforo limitado y no tiene la misma fuerza… hay algo especial en estar en uno de esos mítines al aire libre”, según citó The Washington Post, a la par que mencionaron que son más caros. No obstante, otras fuentes cercanas al político reconocieron que no se preveían eventos como los de antes y se estarían planeando en sitios cubiertos.
Mientras se conocía la sugerencia del Servicio Secreto, la directora de la agencia, Kimberly Cheatle, presentó su renuncia por los errores cometidos en Butler, señalados por ella misma como “el mayor fallo operativo en décadas”.
“Asumo toda la responsabilidad por la falla de seguridad. A la luz de los acontecimientos recientes, he tomado con gran pesar la difícil decisión de dejar el cargo de directora”, explicó en un correo electrónico.
La funcionaria, en el puesto desde agosto de 2022, se enfrentaba a crecientes pedidos de dimisión por los errores que permitieron que el agresor se acercara al político y le disparara desde allí. La presión venía tanto por parte de los republicanos como de los demócratas.