El huracán Beryl causó estragos en Texas no solo por sus vientos y lluvias, sino también por el calor extremo que siguió a su paso. Según informó NBC News, un tercio de las 21 muertes confirmadas en el estado se debe a la hipertermia causada por la exposición al calor ambiental, una consecuencia devastadora y a menudo pasada por alto de los cortes de energía generalizados tras la tormenta.
Entre las víctimas se encontraba Pamela Jarrett, de 64 años, quien era discapacitada y utilizaba una silla de ruedas. Dos días después del impacto del huracán, Pamela y su hermana Janet aún no tenían electricidad en su hogar en Houston. Las altas temperaturas y la falta de aire acondicionado resultaron en la trágica muerte de la primera, quien falleció rumbo al hospital debido a la hipertermia.
Las muertes relacionadas con el calor no se limitan a la tragedia de Pamela. Jesús Rodríguez, un residente de Houston, perdió a su padre Óscar, de 78 años, quien no soportó los efectos del calor durante el tercer día sin electricidad. Jesús no pudo detectar síntomas graves hasta que fue demasiado tarde.
Estos casos reflejan una sombría realidad: Texas no está preparada para enfrentar eventos climáticos extremos, especialmente cuando se combinan múltiples desastres. Las temperaturas de “sensación térmica” alcanzaron cifras altas en los días posteriores al huracán, creando un ambiente letal para los residentes sin acceso a la corriente eléctrica, una herramienta vital para combatir el calor.
La crisis ha originado un intenso escrutinio sobre CenterPoint Energy, la compañía eléctrica local, acusada de no responder con rapidez y eficacia. Janet Jarrett, quien soportó nueve días sin electricidad, expresó su frustración por la falta de asistencia. Las temperaturas internas de su hogar alcanzaron casi 38 grados Celsius, lo que convirtió su vida en una lucha constante por sobrevivir, incluso después de la pérdida de su hermana.
Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha pedido una investigación sobre la respuesta de CenterPoint, aunque su ausencia durante el huracán le ha valido críticas. La representante Sylvia García, también ha criticado a la compañía eléctrica, señalando que varias de las muertes ocurrieron en su distrito.
La situación de los cortes de energía prolongados y las altas temperaturas también aumentó significativamente las visitas a las salas de emergencia. El doctor Ben Saldana, del Hospital Metodista de Houston, reportó que el número de pacientes atendidos se duplicó desde la llegada del huracán. Más de 525 casos han sido vinculados a problemas de salud relacionados con el calor desde el 4 de julio.
Además, muchas personas sobrevivieron al calor extremo, pero tuvieron que enfrentar condiciones extremadamente difíciles. Deja McClendon, residente de Humble, perdió energía durante seis días y tuvo que buscar refugio en varios lugares para evitar el calor insoportable.
La combinación del huracán Beryl y la ola de calor que lo siguió dejó una marca devastadora en Texas. Este fenómeno subraya la necesidad urgente de mejorar la infraestructura y respuesta ante emergencias para proteger a las comunidades vulnerables frente a los cambiantes y cada vez más intensos desastres climáticos.