(Enviado especial a Milwaukee, Wisconsin) El senador por Ohio J.D. Vance aceptó la nominación a la vicepresidencia de Donald Trump en la tercera jornada de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee. En su primer discurso, Vance agradeció a Trump su compromiso y afirmó que “aunque no necesitaba la política, la política lo necesitaba a él.” Subrayó que ambos “aman el país y están unidos para ganar.”
“El hombre que he conocido personalmente en los últimos años es duro, pero se preocupa por la gente. Puede mostrarse desafiante ante un asesino en un momento, e instar a la recuperación nacional en el siguiente,” expresó Vance. “Nunca daré por sentada la confianza que ha puesto en mí. Qué honor ayudarle a plasmar la extraordinaria visión que tiene para el país. Prometo a todos los estadounidenses, sean del partido que sea, que lo daré todo a su servicio.”
La intervención de Vance fue precedida por un emotivo discurso de su esposa, Usha Vance, una prestigiosa abogada que buscó suavizar la visión radical del político en temas como el aborto. “Sus objetivos en este nuevo rol son los mismos que persigue para nuestra familia: mantener a las personas seguras, crear oportunidades para construir una vida mejor y resolver problemas con una mente abierta,” afirmó.
En su breve intervención de poco más de seis minutos, Usha apeló a las emociones y destacó el lado familiar de Vance. “Solo hay una cosa que hacer para explicar quién es y es hablar desde el corazón, porque lo amo y estoy aquí a su lado y porque sería un gran vicepresidente de Estados Unidos,” subrayó. Describió a su esposo como un hombre comprensivo y de mente abierta que representa el perfecto ejemplo del sueño americano.
Usha Vance habló de los orígenes humildes de su esposo y de cómo él abrazó con “curiosidad y entusiasmo” las diferencias en su pareja, como su religión hindú y su vegetarianismo. Recordó su trayectoria profesional como abogada en el prestigioso bufete Munger, Tolles & Olson y su experiencia como asistente legal en el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
“Les aseguro que ni J.D. ni yo esperábamos encontrarnos en esta posición. Pero es difícil imaginar un ejemplo más poderoso del sueño americano,” concluyó Usha antes de presentar a su marido.
Durante su discurso, Vance destacó que este miércoles por la noche era “una noche de esperanza, una celebración de lo que Estados Unidos fue una vez. Y con la gracia de Dios lo volverá a ser,” afirmó, recordando el reciente intento de asesinato de Trump. “Este momento podría haber sido muy diferente, si Thomas Matthew Crooks hubiera errado su tiro el sábado durante un mitin en Pensilvania y la bala hubiera matado a Trump en lugar de rozarle la oreja.”
El senador aceptó la nominación a vicepresidente anunciada por Trump el lunes, reconociendo su sorpresa al verse en esta nueva posición. “Ni en sueños podría haber creído que estaría aquí esta noche,” dijo. Con un tono pausado, destacó que Trump representa la última esperanza de algo que se ha perdido y puede que no vuelva a encontrarse: “Un país donde un chico de clase trabajadora, lejos de los pasillos del poder, puede estar en este escenario como el próximo vicepresidente de Estados Unidos.”
“Pero este momento no se trata de mí, sino de todos nosotros y de por quién estamos luchando. Se trata de un trabajador del sector automotriz en Míchigan que se pregunta por qué los políticos están destruyendo sus empleos. Se trata del trabajador de una fábrica de Wisconsin que hace cosas con sus manos y está orgulloso de la artesanía estadounidense,” añadió Vance.
El senador hizo alusión a sus orígenes humildes y le cedió parte del protagonismo a su madre, aclamada por los presentes en el estadio Fiserv. “Una madre soltera que lo pasó mal con el dinero y las adicciones pero nunca se rindió: Estoy orgulloso de decir que mi madre lleva diez años sobria,” destacó.
Vance subrayó que Trump creó “la mejor economía en la historia para los trabajadores” y pidió al público imaginar qué va a lograr si consigue otros cuatro años en la Casa Blanca. Trump le encargó al anunciar que sería su “número dos” que se centre “fuertemente en las personas por las que luchó tan brillantemente, los trabajadores y agricultores estadounidenses en Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Ohio, Minnesota,” todos ellos estados clave, y “mucho más allá.”
“Vamos a construir fábricas de nuevo, poner a la gente a fabricar productos de verdad para las familias estadounidenses, hechas por trabajadores estadounidenses. Protegeremos los salarios de los estadounidenses y frenaremos que China levante su clase media a costa de los estadounidenses,” concluyó Vance.