El ex presidente estadounidense Donald Trump resultó herido en una oreja este sábado en un intento de asesinato durante un mitin que avivó las tensiones políticas antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
El agente especial del FBI Kevin Rojek afirmó que Trump fue víctima de un “intento de asesinato” y que se hallan “cerca” de identificar al autor de los disparos.
El ex mandatario de 78 años fue sacado del escenario con el rostro ensangrentado después de un tiroteo en Butler, Pensilvania (norte), mientras que el tirador y un transeúnte murieron y dos espectadores resultaron gravemente heridos.
El candidato republicano levantó el puño desafiante mientras lo llevaban a un lugar seguro y luego dijo: “Me dispararon una bala que desgarró la parte superior de mi oreja derecha”.
El presidente demócrata, Joe Biden, que se enfrentará a Trump en unas elecciones muy polarizadas, afirmó que “no hay lugar en Estados Unidos para este tipo de violencia”.
Biden habló más tarde con Trump, según la Casa Blanca.
En unas imágenes que no han podido ser confirmadas, se ve un cuerpo yaciendo en el tejado inclinado de un edificio bajo desde donde se efectuaron los disparos. Se cree que el hombre actuó solo.
Los tiros desataron una ola de pánico entre los partidarios de Trump congregados en la zona.
Varios testigos declararon haber alertado a la policía al ver al hombre antes del tiroteo.
Las fuerzas de seguridad de Butler reconocen haber respondido a una serie de avisos “de actividad sospechosa”, pero no dieron detalles.
“Desgarrando la piel”
Trump, que llevaba una gorra roja con su lema “Haz que Estados Unidos sea grande otra vez”, acababa de empezar a hablar en su último mitin antes de la Convención Nacional Republicana cuando se escucharon varios estruendos.
Hizo una mueca y se agarró la oreja ensangrentada y luego se agachó mientras los agentes del servicio secreto subían al podio, lo rodeaban y lo escoltaban fuera del escenario hasta un vehículo cercano.
“Es increíble que un acto así pueda tener lugar en nuestro país”, dijo Trump en su red Truth Social horas después.
“Supe inmediatamente que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala desgarrando la piel”, dijo Trump. “Hubo mucho sangrado, entonces me di cuenta de lo que estaba pasando”.
El servicio secreto de Estados Unidos informó en un comunicado que el presunto tirador “efectuó múltiples tiros hacia el escenario desde una posición elevada fuera del mitin” antes de ser “neutralizado” por los agentes.
La policía confirmó que un espectador murió y dos resultaron gravemente heridos.
El ataque causó conmoción en todo el mundo. Los dirigentes del Reino Unido, Israel, Japón, entre otros países, expresaron su indignación.
Biden acortó un viaje de fin de semana a su casa en la playa de Delaware para regresar a Washington. Recibirá un informe actualizado el domingo por la mañana, según la Casa Blanca.
El ataque ya ha avivado las tensiones políticas y las redes sociales se inundan de teorías de conspiración.
El posible candidato a vicepresidente de Trump, J.D. Vance, dijo que la “retórica” de Biden había “conducido directamente” al ataque de Trump.
El equipo de campaña de Trump aseguró que el expresidente asistirá a la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, después de que se informara que se había sometido a un chequeo hospitalario de precaución.
“Mis zapatos”
“Déjame coger mis zapatos”, se escuchó decir a Trump, mientras los agentes de seguridad lo ayudaban a ponerse de pie.
Se volvió hacia la multitud y levantó repetidamente el puño, además de pronunciar unas palabras inaudibles, en una imagen que ya se ha convertido en icónica.
Los agentes hicieron entrar al magnate en una camioneta mientras él una vez más agitaba el puño.
“Vimos a mucha gente caer, parecían confundidos. Escuché los disparos”, contó John Yeykal de Franklin, quien asistía a su primer mitin de Trump.
Políticos estadounidenses, incluidos los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton, se alinearon para condenar el ataque y decir que no había lugar para la violencia en la política.
Estados Unidos tiene una historia de violencia política y los presidentes, expresidentes y candidatos cuentan con estrictas medidas de seguridad.
El presidente John F. Kennedy fue asesinado en 1963 mientras y su hermano Bobby Kennedy perdió la vida tiroteado en 1968.
El presidente Ronald Reagan sobrevivió a un intento de asesinato en 1981.
(AFP)