El presidente Joe Biden brindó este jueves una conferencia de prensa en el Centro de Convenciones Walter E. Washington, al término de la cumbre de la OTAN que se desarrolló esta semana en Washington D.C. Fue su primera conferencia en solitario en casi ocho meses y su segunda aparición pública desde el debate del 27 de junio.
El Presidente respondió a preguntas varias de la prensa, siguiendo el modelo de la última convocatoria en la que abordó cuestiones como la defensa de Taiwán, las muertes en Gaza y hasta otras intervenciones informales que se produjeron. Muchos analistas consideraron que sus declaraciones podrían ser claves en el marco de su campaña electoral contra su rival, Donald Trump, con quien compite por ganar el voto de sectores fuertes de la sociedad.
Durante su alocución, Biden destacó el rol de la OTAN en la defensa del mundo, cargó contra Vladimir Putin por lanzar la guerra sobre Ucrania y aseguró que “una OTAN fuerte es indispensable para la seguridad de Estados Unidos”. “No abandonaré a Ucrania”, comentó en ese sentido, al ratificar su respaldo a las acciones del grupo. “Si permitimos que Rusia gane en Ucrania, no se detendrá allí”, dijo y reconoció que “estoy listo para hablar con Putin si cambia su comportamiento” aunque éste no muestre una apertura al diálogo.
Por otro lado, resaltó que gracias a su rol activo en el conflicto en Gaza, “estamos avanzando hacia un acuerdo” entre Israel y Hamas. “Tenemos una oportunidad, una oportunidad para terminar esta guerra”, mencionó en tono de esperanza.
Asimismo, aprovechó para sacar ventaja sobre su oponente y sostuvo que es fundamental continuar con su política tanto exterior -con sus vínculos con actores clave- como interior -con las normas sobre inmigración y economía- para acompañar el crecimiento del país. “Mi predecesor ha dejado claro que no tiene ningún compromiso con la OTAN y ha dejado claro que no se sentiría obligado a cumplir el Artículo 5″, dijo.
Sobre la alianza entre China y Rusia, que preocupa a la comunidad internacional, Biden explicó que para Beijing el crecimiento económico es una de sus prioridades pero si Xi Jinping sigue cooperando con el Kremlin, así como con otros regímenes, no podrá conseguir sus objetivos comerciales en el mundo. Así, mencionó, por ejemplo, el arancel que se impuso a los vehículos eléctricos en señal de sanción y la decisión de los aliados de buscar reemplazos a la industria china.
No obstante, destacó que hay una apertura de Beijing al diálogo, una muestra favorable de cómo podrían evolucionar los vínculos. “No hay ningún líder mundial con el que no esté preparado para tratar, ahora y dentro de tres años...”, dijo a los periodistas en la Casa Blanca.
Por último, al ser consultado sobre su decisión de postularse para la reelección sostuvo que “estoy aquí para terminar el trabajo que inicié... tenemos más que hacer, tenemos que terminar el trabajo. Soy el más calificado” para ser presidente de Estados Unidos. “Vencí a Trump una vez y lo haré otra vez”, insistió, siguiendo sus palabras de las últimas semanas.
Con su agenda habitual y sus apariciones en público, Biden también busca eliminar las dudas que surgieron sobre su salud tras el debate presidencial en Atlanta. Al respecto, en una entrevista concedida al periodista de la ABC George Stephanopoulos, reconoció que tuvo una mala noche porque estaba enfermo pero confió en que es el mejor candidato para ganar la Casa Blanca en noviembre.
“Fue un mal episodio, no hay indicios de ninguna afección grave. Estaba agotado y no hice caso a mis instintos en cuanto a preparación. Fue una mala noche”, explicó y agregó que sus médicos le habían estado haciendo exámenes las horas anteriores a la cita para averiguar qué era lo que le ocurría. “No sería candidato si no pensara que puedo ser presidente durante cuatro años más. Soy candidato porque creo que entiendo mejor qué es lo que tenemos que hacer para llevar a esta nación a un nuevo nivel”, insistió.