La inflación en los Estados Unidos bajó en junio tal como esperaban los analistas, según mostraron los datos del gobierno este jueves, un desarrollo tranquilizador para el presidente Joe Biden mientras lucha por ganar confianza en su historial económico en su intento de reelección.
El índice de precios al consumidor (IPC) aumentó un 3 % el mes pasado en comparación con el año anterior, informó el Departamento de Trabajo, ya que una caída en los precios de la gasolina compensó los costos de la vivienda.
Una medida que elimina los precios volátiles de alimentos y energía registró el menor aumento anual desde 2021.
La economía más grande del mundo ha estado en un camino accidentado hacia la contención de la inflación, que se disparó a un 9,1% a mediados de 2022.
Esto llevó a la Reserva Federal a aumentar rápidamente las tasas de interés con la esperanza de aliviar la demanda y reducir el incremento de los precios.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo a los legisladores esta semana que la inflación ha mostrado desde entonces un “progreso modesto”.
En junio, el IPC general disminuyó un 0,1% mensual por primera vez desde 2020, según el último informe del Departamento de Trabajo.
El índice de IPC “subyacente”, que excluye los segmentos volátiles de alimentos y energía, se situó en un 3,3% interanual, el menor aumento desde abril de 2021.
El último informe del IPC se suma a una serie de datos alentadores que podrían dar a los funcionarios la confianza de que la inflación está bajando hacia su objetivo del 2%.
Esto, a su vez, les permitiría comenzar a reducir las tasas de interés, que han alcanzado niveles altos no vistos en décadas.
¿La Reserva Federal bajará los tipos antes de las elecciones?
La gestora de fondos Dunas Capital considera complicado que la Reserva Federal vaya a bajar los tipos de interés, situados ahora entre el 5,25 y el 5,5 %, antes de las elecciones presidenciales.
En la presentación de su informe macroeconómico y de inversión del primer trimestre de este ejercicio, los directivos de la gestora consideraron que el comportamiento “lógico” de la Reserva Federal sea esperar a que se celebren las elecciones presidenciales en noviembre para decidir si bajar el precio del dinero.
Han comentado que en el caso de que continúe el deterioro de algunos indicadores económicos adelantados o los de actividad manufacturera o del sector servicios, la autoridad monetaria de la primera economía del mundo podría aplicar un recorte de los tipos, quizá en septiembre, aunque la inflación siga siendo elevada, en los niveles más elevados de los últimos 20 años.
Sin embargo, han resaltado que la cuestión verdaderamente relevante radica en el nivel al que podrán dejar los tipos de interés, que, en su opinión, no descendería del 3 % si no hubiera una recesión por la situación actual de la economía estadounidense, con un mercado laboral que empieza a flojear, con salarios elevados y que se mantiene con un elevado déficit (alrededor del 6 % del PIB) que condiciona los altos rendimientos de la deuda pública.
Esta situación podría cambiar si Donald Trump venciera en las elecciones presidenciales porque su partido, el Republicano, le exigiría aminorar el gasto público y el déficit, lo que tendría un impacto incierto en las bolsas, porque seguramente afectaría a los beneficios empresariales.
(Con información de agencias)