(Desde Washington, Estados Unidos) El ataque mortal de Rusia a un hospital pediátrico en Kiev provocó una fuerte decisión política en la Cumbre de la OTAN que sesiona en Washington: Estados Unidos y sus socios europeos aceleraron la entrega de armamento clave a Ucrania para que enfrente la ofensiva del verano boreal que ordenó Vladimir Putin desde Moscú.
Asimismo, el cambio de gobierno en Reino Unido causó un inesperado beneficio táctico al plan de guerra que ejecuta Volodimir Zelensky para repeler la invasión rusa. Hasta el ascenso de Keir Starmer como primer ministro, Gran Bretaña prohibía que Ucrania utilizara sus misiles Shadow Storm contra blancos militares ubicados en Rusia.
Londres trataba de evitar que Moscú interpretara que el uso de los misiles propios en territorio ruso fuera asumido como una agresión directa. Esta perspectiva del conflicto es compartida por Estados Unidos y los socios de la OTAN que pertenecen a la Unión Europea.
Sin embargo, el premier Starmer cambió la posición del Reino Unido cuando se dirigía rumbo a la cumbre de la OTAN en DC. “Los misiles fueron entregados con fines defensivos, pero corresponde a Ucrania decidir cómo desplegarlo para esos fines defensivos”, dijo Starmer.
Zelensky llevó a Washington un dossier que probaría que el ataque al hospital pediátrico de Kiev fue lanzado desde territorio ruso, y su objetivo mañana -cuando se reúna con Biden- es plantear que Ucrania pueda utilizar en Rusia todo el armamento entregado por la OTAN.
El líder ucraniano tiene un argumento de peso para tratar de convencer al presidente de Estados Unidos: si hubiera podido utilizar las armas del OTAN dentro de Rusia, la tragedia del hospital de niños podría haber sido evitada.
Además de la decisión geopolítica asumida por Starmer, que apuntala la táctica bélica de Ucrania, Estados Unidos, Italia, Dinamarca, Noruega, Rumania, Bélgica y los Países Bajos anunciaron que entregarán a Zelensky aviones F16 y baterías antiaéreas Patriots y SAMP-T, un sistema de defensa que detecta misiles de mediano y largo alcance.
“Tal como acordamos, la transferencia de los jets F-16 está en curso, provenientes de Dinamarca, provenientes de Países Bajos”, dijo Antony Blinken, secretario de Estado, durante una charla en la cumbre de la OTAN.
“Agradezco a Estados Unidos, Dinamarca y Países Bajos por tomar medidas prácticas para lograr el objetivo de todos los ucranianos: fortalecer la fuerza aérea ucraniana con F-16″, completó Zelensky en su cuenta oficial de X.
La declaración del presidente de Ucrania en las redes sociales coronó un movimiento político que inició a mediados de abril y profundizó durante la cumbre del G7 en Italia. Zelensky planteó ante la OTAN y en el G7 que necesitaba las baterías antiaéreas Patriots para detener las incursiones aéreas que ejecutaba Rusia todos los días.
“Lo decimos directamente: para defendernos necesitamos siete Patriot más o sistemas de defensa aérea similares, y es un número mínimo. Pueden salvar muchas vidas y cambiar realmente la situación”, aseguró Zelensky, el pasado 19 de abril, durante un discurso que pronunció ante la OTAN.
Biden había tomado nota del asunto, y la tragedia en el hospital pediátrico de Kiev aceleraron los tiempos. Ahora, Ucrania ya tiene las baterías Patriots -cinco en total- y una flota de aviones F16 que aguardaba -recién- para 2025.
Junto a los aviones F16 y los sistema de defensa antiaérea, la Cumbre de la OTAN aprobará un paquete de ayuda de 40.000 millones de dólares que Ucrania utilizará para mejorar sus defensas territoriales e incrementar el volumen de su aparato militar-industrial.
Biden y Zelensky se encuentran mañana para una reunión de trabajo entre la OTAN y Ucrania. En ese marco, la alianza continental anunciaría oficialmente la ayuda de 40.000 millones de dólares. Un paso necesario para contener la ofensiva de verano que lanzó Putin hace pocas semanas.