El pasado 28 de junio, el Centro LGBT de Los Ángeles celebró su 27º baile anual para personas mayores, un evento donde miembros de la comunidad mayores de 50 años pueden celebrar abiertamente su identidad. Este evento cerró el Mes del Orgullo, proporcionando un espacio festivo y accesible para muchos que enfrentaron desafíos significativos al salir del armario en su juventud.
Kiera Pollack, directora de servicios para personas mayores en el Centro LGBT de Los Ángeles, explicó a The Washington Post la importancia de este evento: “Muchas de nuestras personas mayores crecieron en una época donde salir del armario era realmente difícil. Esto fue antes de que el matrimonio igualitario fuera posible”. Esta celebración es crucial para aquellos que muchas veces se sienten excluidos de otros eventos de orgullo, debido a dificultades físicas o al tumulto de las marchas.
Más de 300 adultos mayores asistieron al evento este año, que tuvo lugar en el zoológico de Los Ángeles. Con apoyo de patrocinadores como Angel City Football Club y Charlotte’s Web, el evento fue gratuito e incluyó transporte y asistencia para la compra de atuendos para aquellos que no podían costearlo. La mayoría de los asistentes tenía entre 60 y 80 años.
Mel Weiss, de 88 años, relató su experiencia con entusiasmo. Creció en una familia judía ortodoxa y solo salió del armario hace unos 20 años. Recordando su frustración en el pasado, mencionó: “No quería que nadie supiera que era gay, así que llevé a una chica como mi cita”. Actualmente, Weiss vive en Triangle Square Senior Apartments, una vivienda asequible para adultos mayores de la comunidad, operada por el Centro LGBT de Los Ángeles.
Weiss destacó la alegría del evento anual: “Nos sentíamos muy bien. Todos nos sentimos muy felices cuando nos fuimos”. Él ha asistido a varios de estos bailes en los últimos años y ha ayudado a sentirse más cómodo consigo mismo al socializar con otros adultos mayores gay.
El evento también permitió a muchos encontrar nuevas conexiones románticas. “Vi a varias personas ser ellas mismas, besar a sus parejas y bailar. Fue hermoso”, comentó Pollack. Este ambiente de aceptación es clave para muchos de estos adultos mayores que todavía no se sienten completamente fuera del armario en todos los aspectos de sus vidas.
Andre Simpson, de 67 años, expresó lo significativo que fue para él asistir a esta segunda oportunidad de baile de graduación. “Hace casi 50 años, no tenía ningún deseo de ir a mi baile de graduación en la secundaria, pero fui para ‘encajar’”, señaló Simpson. Durante su juventud, enfrentó una fuerte presión social y llevó a una compañera de clase femenina al baile.
Simpson compartió cómo este evento le permitió sanar viejas heridas: “Es una vacuna contra los dolores del pasado. Muchos ancianos en la comunidad LGBTQ han sobrevivido mucho y aún mantienen el espíritu alegre”. La oportunidad de vincularse con otros adultos mayores LGBTQ+ juega un papel vital en este proceso de curación.
Además de brindar un espacio seguro para celebrar, el evento también honra a los asistentes más longevos. Pollack explicó: “Queremos celebrar a las personas a medida que envejecen”. Este año, Weiss fue coronado “monarca” junto con otros dos asistentes, un honor destinado a los tres asistentes más antiguos del evento.