Un joven de 15 años, llamado Jack Dolan, quedó en estado vegetativo después de intentar impresionar a sus amigos realizando un salto desde un muelle en Margate, Kent, Reino Unido, el pasado 23 de junio. El adolescente cayó de cara al agua, sufriendo graves daños cerebrales que han dejado a su familia devastada, así lo detalló el Daily Mail.
Jack Dolan, quien soñaba con ser marine real, realizaba una voltereta desde el muelle cuando calculó mal y aterrizó de cara al agua. El fuerte impacto lo dejó inconsciente y sumergido bajo el agua por casi ocho minutos hasta que un kayakista lo rescató. Durante ese tiempo, sufrió un paro cardíaco, lo que agravó más su situación. Los médicos en el Hospital King’s College de Londres determinaron que Jack ha sufrido “daños cerebrales irreparables”.
Sue madre, Lisa, y su padrastro, Dave Nolan, han estado recaudando fondos para poder trasladarse a un hogar que les permita cuidar adecuadamente de Jack en sus últimos días. “Está recibiendo cuidados paliativos, y aunque su cuerpo está bien, su cerebro está muerto. No puede ir a un hospicio infantil porque allí se debe estar cerca de la muerte”, relató Dave en una entrevista para el MailOnline.
El fatídico accidente ocurrió mientras Jack se encontraba en la playa por primera vez sin la supervisión de sus padres. Según relató su padrastro, Jack había realizado ese tipo de movimientos en otras ocasiones, la más reciente durante unas vacaciones familiares en Egipto. Sin embargo, la altura del muelle en Margate, de entre tres y cuatro metros, fue un factor no considerado y determinante en el accidente.
“Esa fue la primera vez que lo dejamos, porque siempre solía estar con nosotros debido a que tenía TDAH y era propenso a actuar sin pensar”, explicó Dave. En el momento del accidente, Jack estaba acompañado por cuatro o cinco amigos y su novia. Las acciones de sus compañeros de inmediato después del accidente fueron claves, ya que uno de ellos llamó al 999 mientras que su novia contactaba a la madre de Jack.
Desde su admisión en el hospital, la condición de Jack no ha mejorado. “Está vivo, pero es como si no estuviera allí. Era mi mejor amigo. No podemos explicar lo cruel que es todo esto”, expresó su padrastro. Una imagen difundida por la familia muestra el último momento de Jack media hora antes del accidente, sonriendo mientras caminaba hacia la estación de Margate con un amigo.
Las imágenes desgarradoras del hospital muestran a Jack postrado en una cama sin capacidad para moverse, hablar ni reír. “No podemos estar enojados con él. Sé que se estaba riendo, realmente puedo verlo haciéndolo, sonriendo y presumiendo completamente. Lo último que habría sabido es ser feliz”, expresó su madre Lisa.
Jack, al ser rescatado por el kayakista, fue atendido por paramédicos en la escena antes de ser trasladado en una ambulancia aérea al King’s College Hospital. Las resonancias magnéticas confirmaron daños cerebrales severos e irreversibles. “Los expertos no saben cuánto tiempo permanecerá vivo; podrían ser semanas o años”, compartió su padrastro.
La familia, incluida las hermanas menores de Jack, Faith de diez años y Grace de ocho, están actualmente viviendo en una residencia municipal y esperan mudarse pronto a una casa que se adapte mejor a las necesidades de Jack. “Estamos destrozados. Es repugnante. Es nuestra peor pesadilla”, declaró Dave Dolan.
La tragedia ha generado una ola de apoyo en la comunidad, con muchos contribuyendo a la recaudación de fondos para ayudar a la familia a cubrir los gastos de mudanza y cuidados necesarios. La madre de Jack ha compartido su dolor y la profunda tristeza que siente al ver a su hijo en el estado en que se encuentra. “Lo había hecho tantas veces antes que no hay culpa alguna”, añadió. La familia espera poder pasar el tiempo que les queda con Jack de la manera más digna posible.