La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) anunció que a partir del 2 de agosto de 2024 se prohibirá el uso de aceite vegetal bromado (BVO) en productos alimenticios, tras estudios que determinaron que su uso ya no es seguro para la salud humana. Esta sustancia, modificada con bromo, se ha utilizado en pequeñas cantidades para evitar que el sabor cítrico destaque en las bebidas.
El BVO ha sido parte de docenas de productos, principalmente bebidas deportivas y gaseosas cítricas, según la Guía de Comer Bien del Environmental Working Group (EWG), una organización sin fines de lucro enfocada en la salud del consumidor, productos químicos tóxicos y contaminantes.
A pesar de la inminente prohibición, las empresas tendrán un año a partir de agosto para reformular y reetiquetar sus productos y para agotar su inventario de BVO, según comunicó la FDA.
La reconsideración del uso del BVO por parte de la FDA responde tanto a nuevas evidencias como a preocupaciones públicas. En 2012, una petición en Change.org obtuvo más de 200,000 firmas, llamando la atención sobre los posibles riesgos para la salud. Asimismo, el EWG informó que muchas compañías eliminaron el BVO de sus productos debido a la presión del mercado.
En California, el gobernador Gavin Newsom promulgó en octubre de 2023 una ley que prohíbe la fabricación, venta o distribución de alimentos que contengan BVO, así como otros aditivos como el tinte rojo No. 3, bromato de potasio y propilparabeno.
El aceite vegetal bromado tiene la capacidad de acumularse en el cuerpo y está vinculado a varios peligros para la salud, según el EWG. Estos incluyen daños al sistema nervioso, dolores de cabeza, irritación de la piel y las membranas mucosas, fatiga y pérdida de coordinación muscular y memoria. Un estudio de 1976 encontró que el consumo de BVO por cerdos dañó sus corazones, riñones, hígados y testículos.
La doctora Leana Wen, experta en bienestar de CNN, explicó en un reportaje previo que la cantidad y frecuencia del consumo de BVO son cruciales. “Si alguien consume una bebida en una parrillada que contiene BVO, no es un gran problema. Sin embargo, si alguien bebe un refresco al día, todos los días, debería tener cuidado y revisar los ingredientes”.
La FDA también citó un estudio de 2022 que encontró que las tasas de BVO administradas acumulaban derivados de la sustancia en el corazón, hígado y grasa de los sujetos de prueba. Estos hallazgos indican un posible riesgo para los consumidores, justificando la revisión de la regulación por parte de la FDA, según publicó NBC News.
El uso de BVO en alimentos salió a la palestra por primera vez en 1970, cuando la FDA concluyó que su empleo no era generalmente reconocido como seguro debido a preocupaciones toxicológicas. A partir de entonces, el BVO comenzó a ser regulado como un aditivo alimentario, mientras se llevaban a cabo estudios de seguridad.
La normativa de la FDA establecía que siempre que una empresa utilizara este ingrediente, debía ser especificado en la etiqueta del producto.
A lo largo del tiempo, muchas empresas de bebidas han descontinuado el uso del BVO, sustituyéndolo por ingredientes alternativos. PepsiCo y Coca-Cola eliminaron el BVO de sus productos como el Gatorade y el Fanta, respectivamente. Hoy en día, pocas bebidas en los Estados Unidos contienen BVO, afirmó la FDA.
Sin embargo, algunas marcas nacionales aún utilizan BVO. “Sun Drop, fabricado por Keurig Dr Pepper, todavía contiene BVO. Probablemente es la marca nacional más grande que sigue usándolo”, indicó Arun Sundaram, de CFRA Research. Keurig Dr Pepper no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de Reuters.