El superintendente de educación de Oklahoma, Ryan Walters, ordenó este jueves 27 de junio a las escuelas públicas del estado que incorporen la Biblia en las lecciones para grados del quinto al duodécimo.
En una directiva enviada a los superintendentes de todo el estado, Walters, quien pertenecía al Partido Republicano, indicó que la adhesión a esta orden es obligatoria y debe ser cumplida “de inmediato y con estricto cumplimiento”, según confirmó CBS News.
De acuerdo con CNN, la decisión surgió durante una reunión de la Junta Estatal de Educación, donde Walters afirmó que “la Biblia es uno de los documentos más fundamentales utilizados para la Constitución y el nacimiento de nuestro país” y añadió que “sin un conocimiento básico de ella, los estudiantes de Oklahoma no pueden contextualizar adecuadamente la fundación de nuestra nación, por lo cual los estándares educativos de Oklahoma prevén su instrucción”.
Además, explicó que su inclusión en los estándares académicos de Oklahoma bajo el Título 70 es necesaria para enseñar a los estudiantes sobre la historia del país y la base del sistema legal occidental.
Walters especificó que todas las aulas del estado, desde el quinto hasta el duodécimo grado, deben tener una Biblia y los maestros deben enseñar a partir de ella en el aula. Esta normativa sigue la reciente aprobación de una ley en Luisiana que requiere que todas las aulas de escuelas y universidades públicas tengan una exhibición de los Diez Mandamientos en un formato “grande y fácilmente legible”.
La medida ha sido criticada por grupos de derechos civiles y defensores de la separación entre la Iglesia y el Estado. Rachel Laser, presidenta y directora ejecutiva de Estadounidenses Unidos por la Separación de la Iglesia y el Estado, declaró que “las escuelas públicas no son escuelas dominicales. Esto es nacionalismo cristiano de libro de texto: Walters está abusando del poder de su cargo público para imponer sus creencias religiosas a los hijos de todos los demás. No en nuestra guardia”.
Dicha directiva ha provocado demandas por parte de grupos de libertades civiles, que argumentan que la ley viola la separación entre la Iglesia y el Estado y podría aislar a los estudiantes no cristianos.
Este fallo se suma a una serie de choques que Walters ha tenido desde que asumió su cargo en 2022, tras una campaña enfocada en oponerse a la “ideología woke”, prohibir libros de las bibliotecas escolares y expulsar a lo que él denomina “izquierdistas radicales” del sistema educativo.
Asimismo, Walters ha enfrentado críticas de líderes de ambos partidos por su enfoque en temas de guerra cultural, incluyendo los derechos de los transgénero y la censura de libros, según publicó CBS News.
La Asociación de Educación de Oklahoma emitió un comunicado señalando que enseñar sobre la religión y la Biblia en un contexto histórico es permisible, pero “enseñar doctrina religiosa no lo es. Las escuelas públicas no pueden adoctrinar a los estudiantes con una creencia religiosa particular o un currículo religioso. El Superintendente del Estado no puede usurpar el control local y obligar a los profesionales de la educación a violar la Constitución”, citó NBC News.