La clase business en las aerolíneas, tradicionalmente reservada para ejecutivos en viajes de negocios, está comenzando a abrir sus puertas a familias con niños pequeños. Estas cabinas, similares a pequeñas habitaciones de hotel con puertas de privacidad, diseñadas para almacenamiento y servicio de comidas bajo demanda, ofrecen una experiencia que ha llegado a sentirse casi personalizada para familias en movimiento.
En abril, una familia emprendió un viaje de 40 horas desde Johannesburgo, Sudáfrica, hasta Boston, Estados Unidos. Aunque el viaje fue largo, el último tramo de 14 horas fue tan relajante que casi lamentaron llegar a su destino. Según compartió uno de los pasajeros a The Wall Street Journal (WSJ), pagar solo 1.600 dólares por persona en lugar de los 4.000 habituales, hizo que la experiencia fuera aún más gratificante.
Aerolíneas como Qatar Airways, Etihad Airways y Virgin Atlantic están adoptando innovaciones para atraer a las familias a la cabina delantera del avión. Etihad Airways ha equipado sus asientos de clase ejecutiva con puertas de privacidad o paneles retráctiles, lo que facilita que los padres mantengan a sus hijos resguardados o que los viajeros solitarios eviten la interrupción de los pequeños.
Según el WSJ, los precios de estos asientos comienzan en 5.856 dólares para un viaje de ida y vuelta entre Estados Unidos y Abu Dhabi.
Francesca Squillacciotti, una profesional de relaciones públicas con base en Nueva York, pagó recientemente 2.000 dólares por un vuelo desde París a Nueva York en un avión de Air France equipado con puertas deslizantes introducidas en 2023. Destacó que estas puertas permiten trabajar sin interrupciones, creando un ambiente muy privado. “Se siente como si estuvieras en tu propio capullo”, afirmó Squillacciotti.
Las aerolíneas también están introduciendo sistemas de entretenimiento robustos con muchas opciones para niños, lo que contribuye a mantener a los más pequeños entretenidos. Algunas cabinas Upper Class de Virgin Atlantic, donde un vuelo de ida y vuelta cuesta, en promedio, 3.715 dólares, cuentan con un salón a bordo llamado The Loft.
Este espacio puede utilizarse para reuniones de trabajo, compartir una bebida o jugar en familia, lejos de otros pasajeros. Además, la galería Wander Wall de Virgin Atlantic ofrece un caché de bocadillos que los pasajeros pueden tomar a su antojo.
Según los datos presentados por The Wall Street Journal, este cambio en la industria aérea responde a la creciente demanda de familias que buscan comodidad en sus viajes largos. Las aerolíneas están adoptando diversas estrategias para satisfacer estas necesidades, transformando la experiencia de vuelo en algo más inclusivo.
Para las aerolíneas, estas innovaciones no solo buscan atraer a un público más amplio, sino también minimizar los inconvenientes que los niños pueden causar a otros pasajeros. Los espacios privados y los sistemas de entretenimiento contribuyen a crear un ambiente más controlado y menos disruptivo. Esto puede resultar en un viaje más placentero tanto para las familias como para los viajeros solitarios que buscan tranquilidad.