La ola de calor extremo alcanzará a 150 millones de estadounidenses

El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre las condiciones extremas en diversas partes de Estados Unidos

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Se espera que 66 millones de personas en Estados Unidos estén bajo alertas por calor (AP/John Locher)
Se espera que 66 millones de personas en Estados Unidos estén bajo alertas por calor (AP/John Locher)

Una ola de calor extremo azotará la costa este y el medio oeste de Estados Unidos, según pronosticó el Servicio Meteorológico Nacional. Hasta el viernes, aproximadamente 150 millones de personas enfrentarán temperaturas superiores a los 32 grados Celsius, y se espera que casi 66 millones estén bajo algún tipo de alerta por calor, afectando a ciudades como Detroit, Cleveland, Cincinnati, Pittsburgh, Filadelfia, Boston y Nueva York.

NBC News señaló que el calor extremo ya ha establecido y podría seguir estableciendo récords en unas 200 ciudades desde el valle del Ohio y los Grandes Lagos hasta el Atlántico medio y el noreste del país. Este fenómeno está causado por un “domo de calor” que eleva las temperaturas mucho más allá de los valores usuales.

La condición climática ha provocado situaciones extremas, como la pérdida de electricidad para decenas de miles de personas en el área de Pittsburgh debido a los daños por tormentas. Pittsburgh alcanzó los 38 grados Celsius por primera vez en 30 años. Según PowerOutage.us, unas 35,000 personas en Pensilvania estaban sin electricidad la mañana del martes 18 de junio.

Mientras tanto, el noroeste del país enfrenta una situación de clima casi polar. En Kirk, Oregón, se reportó una temperatura mínima de -7 grados Celsius, siendo el lugar más frío de Estados Unidos.

Por la mañana de hoy, esa región está bajo una advertencia de helada, con temperaturas esperadas de 3 grados Celsius. En contraste, partes de Texas, como Rio Grande Village, alcanzaron los 46 grados Celsius, siendo el lugar más cálido del país.

Un "domo de calor" está causando temperaturas muy superiores a los valores normales en el noreste de Estados Unidos (REUTERS/Mike Blake)
Un "domo de calor" está causando temperaturas muy superiores a los valores normales en el noreste de Estados Unidos (REUTERS/Mike Blake)

El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre los peligros adicionales de esta ola de calor debido a su magnitud temprana, duración prolongada, sol abundante y falta de alivio nocturno, lo cual puede aumentar significativamente los riesgos, especialmente en áreas sin aire acondicionado adecuado.

“Esta es una advertencia especialmente importante para las localidades más al norte que no están acostumbradas a períodos persistentes e intensos de calor”, señaló en un comunicado.

Algunas regiones del estado de Nueva York superarán los 38 grados Celsius, según la misma entidad. En Rochester, ubicada en la orilla del Lago Ontario, se espera que las temperaturas alcancen los 39 grados Celsius con un índice de calor de 40 grados Celsius para las 15:00 horas locales.

Washington D.C. podría experimentar hasta ocho días consecutivos de calor severo (Mike De Sisti/The Milwaukee Journal Sentinel)
Washington D.C. podría experimentar hasta ocho días consecutivos de calor severo (Mike De Sisti/The Milwaukee Journal Sentinel)

La ola de calor está programada para moverse hacia el sur entrando el fin de semana, proporcionando algo de alivio al noreste, aunque ciudades como Washington D.C. podrían seguir experimentando hasta ocho días de calor severo. En este contexto, varias organizaciones de salud y laborales han presentado una petición para que FEMA reconozca el calor extremo como un desastre mayor.

El Servicio Meteorológico instó a las personas a buscar lugares con aire acondicionado, evitar trabajos extenuantes al aire libre y monitorear el bienestar de familiares y vecinos. Este llamado resuena especialmente en momentos en que las temperaturas matutinas ya están rompiendo récords en diversas áreas de Nueva Inglaterra y el noreste.

La situación sigue siendo dinámica y las autoridades continúan evaluando el impacto de esta ola de calor sin precedentes, la cual podría tener implicaciones significativas en la salud pública y en la infraestructura.

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