El Pentágono ha anunciado recientemente los primeros adjudicatarios de su programa de contratos de lanzamiento de cohetes. Blue Origin, de Jeff Bezos, ha conseguido un lugar por primera vez, uniéndose a SpaceX, propiedad de Elon Musk, y United Launch Alliance (ULA). Este programa, denominado Lanzamiento Espacial de Seguridad Nacional (NSSL) Fase 3, cuenta con un presupuesto de USD 5.600 millones y aspira a ordenar hasta 90 lanzamientos de cohetes hasta mediados de 2029, así lo ha informado el medio CNBC.
En la fase anterior del NSSL, SpaceX y ULA ya habían competido por contratos. Durante un período de cinco años, el ejército asignó a la ULA 26 misiones por un valor de USD 3.100 millones y a SpaceX 22 misiones valoradas en USD 2.500 millones. Ahora, con la inclusión de Blue Origin, el panorama se amplía, permitiendo que más empresas puedan participar en las adjudicaciones.
La competición en la Fase 3 del NSSL está dividida en dos categorías: Carril 1 y Carril 2. Esta división se hizo para permitir que las empresas puedan optar a diferentes tipos de misiones, con Space Force adoptando una estrategia de “fondo mutuo” para la compra de lanzamientos. Esto asegura una mayor diversidad y competencia entre las empresas adjudicatarias.
Cabe destacar que este hito marca un regreso significativo para Blue Origin y Northrop Grumman, quienes no lograron obtener contratos en la Fase 2 en agosto de 2020. La Fase 3 ahora abre nuevas oportunidades para estas compañías en un mercado previamente dominado por SpaceX y ULA.
Un cohete Falcon Heavy de SpaceX lanzó la misión USSF-67 desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida en enero de 2023, demostrando la capacidad operativa y eficacia de las misiones de SpaceX en la Fase 2 del programa NSSL. Por otro lado, una simulación del cohete New Glenn de Blue Origin está programada para ser trasladada a pruebas en noviembre de 2021, reforzando los esfuerzos de esta compañía para asegurar y completar misiones bajo el nuevo contrato.
A pesar de este fuerte desempeño, ninguna de las tres empresas ha emitido comentarios oficiales respecto al reciente anuncio del Pentágono. Esta competencia de alto perfil y gran valor económico refuerza la creciente importancia del sector espacial para la defensa y seguridad nacional de los Estados Unidos.
El anuncio y la subsecuente adjudicación de estos contratos reflejan un cambio en la dinámica del mercado espacial militar, con un énfasis en diversificar tanto los proveedores como las capacidades tecnológicas disponibles. Este enfoque espera no solo incrementar la competitividad entre las empresas, sino también asegurar que las misiones más exigentes y costosas sean cumplidas con éxito.
Michael Sheetz informó que Blue Origin, SpaceX y ULA “no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios de CNBC” tras el anuncio del Pentágono.