Howard Schultz, ex-CEO de Starbucks, compartió una anécdota impactante sobre una conversación con el fundador de Apple, Steve Jobs, en 2008. En un episodio reciente del podcast Acquired, el fundador de la cadena de cafeterías recordó cómo el visionario tecnológico le gritó en la cara para que despidiera a todo su equipo de liderazgo.
Este incidente ocurrió durante una caminata en Cupertino, California, mientras Schultz le contaba a Jobs sobre los problemas que enfrentaba la empresa en ese momento.
Schultz, quien estaba en medio de su segundo mandato como CEO de la compañía durante la crisis de 2008, explicó que su primer encuentro con Jobs fue a través de una llamada telefónica para discutir una futura reunión sobre pedidos móviles y pagos entre Starbucks y Apple.
El líder tecnológico, famoso por su hábito de caminar por el campus mientras discutía temas importantes, había invitado a su compañero para abordar la situación en persona.
“Steve me dijo: ‘Vuelve a Seattle y despide a todos en tu equipo de liderazgo’, y pensé que estaba bromeando”, relató el empresario en el podcast. Sin embargo, Jobs no estaba bromeando y respondió de manera contundente. “Él me gritó en la cara: ‘Deshazte de todos, eso es lo que yo haría. Te prometo que en seis meses, tal vez nueve, todos se habrán ido’”.
La interacción con Jobs tuvo un impacto significativo en el fundador de la franquicia de cafeterías. Según sus propios cálculos, en los meses posteriores, la mayoría del equipo de liderazgo original había dejado la empresa, quedando solo el consejero general. “A excepción de uno, el consejero general, todos se marcharon”, afirmó Schultz.
Schultz también compartió que había discutido nuevamente con Jobs sobre la limpieza de la casa que realizó en Starbucks. “Nos encontramos nuevamente en un evento y le dije: ‘Todos se han ido’. Me respondió: ‘Bueno, llegaste seis o nueve meses tarde. Piensa en todo lo que podrías haber hecho’”.
Las crisis que afrontó Schultz
El mandato de Schultz en Starbucks abarca varios periodos críticos. Su primera etapa como CEO inició en 1987 cuando, junto a inversionistas locales, compró la empresa. Permaneció en el cargo hasta el año 2000, cuando se enfocó en la expansión global como estratega jefe.
Regresó en 2008 para un segundo periodo que duró hasta 2018, y finalmente, asumió nuevamente en 2022 de manera interina tras la jubilación de Kevin Johnson, antes de ser reemplazado en marzo de 2023 por Laxman Narasimhan, un ejecutivo de PepsiCo.
Durante su periodo final como CEO, Schultz enfrentó varios retos, entre ellos, los esfuerzos de sindicalización de empleados en las tiendas de todo el país. A pesar de haber dejado formalmente su rol, él publicó en LinkedIn en mayo subrayando la necesidad de una renovación estratégica en Starbucks debido a que las ganancias “no cumplieron significativamente con las expectativas de los accionistas”.
“Las operaciones en Estados Unidos son la principal razón de la caída de la empresa”, argumentó Schultz en su publicación.
El impacto de una economía más cautelosa también ha sido señalado por Narasimhan en una reciente llamada de ganancias. El 1 de mayo, la empresa reportó que los ingresos netos trimestrales disminuyeron un 2% a 8.6 mil millones de dólares, y las ventas en tiendas comparables cayeron un 4%, la primera disminución desde 2020.
A pesar de las críticas y lo que él considera oportunidades perdidas, Schultz sigue siendo una figura destacada en el desarrollo de productos emblemáticos de Starbucks. Uno de sus mayores arrepentimientos es no haber registrado la marca “caffe latte” en Estados Unidos.
“Introdujimos el caffe latte a América, pero no lo registramos”, recordó el empresario. La compañía logró posteriormente registrar productos como el Frappuccino, pero no pudo proteger una de las bebidas más populares que ayudó a popularizar.
La influencia de Steve Jobs en la toma de decisiones empresariales es notable en esta reminiscencia de Schultz. A través de consejos directos y a veces brutales, el cofundador de Apple dejó una marca en la gestión de crisis de Starbucks y posiblemente moldeó el rumbo que Schultz tomó para reestructurar la empresa en un momento decisivo.