La creciente tendencia de usar teléfonos móviles en gimnasios para grabar rutinas de ejercicios ha generado descontento entre asistentes e instructores, lo que ha llevado a numerosos gimnasios a imponer restricciones sobre la filmación. Este fenómeno, impulsado por el auge de las redes sociales, ha convertido a los gimnasios en un nuevo escenario para la creación de contenido, así lo informó The Independent.
Gimnasios de Estados Unidos como 24 Hour Fitness, New York Sports Club y LifeTime han implementado políticas que prohíben la filmación sin el consentimiento de las personas involucradas. Un portavoz de New York Sports Club señaló que buscan proteger la privacidad y el confort en sus instalaciones. “Queremos garantizar un entorno donde todos se sientan cómodos para ejercitarse sin preocuparse por aparecer en el video de alguien más”, comentó un representante.
La empresa CorePower Yoga ha delegado la responsabilidad de hacer cumplir las políticas sobre el uso de teléfonos móviles a sus instructores. Emily Holtzman, instructora de yoga en Nueva York, pegó una nota en la puerta de su clase pidiendo a los asistentes no usar sus teléfonos, especialmente para filmarse. “Mis estudiantes se quejaban de estar en el fondo de los videos de otros o se distraían con las pantallas durante la clase”, declaró Holtzman, según un artículo publicado por Wall Street Journal.
La proliferación de videos en redes sociales ha tenido reacciones mixtas entre los usuarios. Corinne Keogh, diseñadora, expresó que le resulta desagradable asistir a clases donde todo el mundo parece estar grabando. “Lo último que me gustaría es aparecer en el vídeo viral de alguien”, afirmó. Otros, sin embargo, ven con buenos ojos esta práctica, argumentando que compartir rutinas y experiencias puede motivar a más personas a unirse a las clases y a la comunidad de fitness.
Por su parte, la creadora de contenidos y fundadora de una empresa de eventos, Liv Schreiber, explicó al Wall Street Journal que trabaja en colaboración con estudios y gimnasios para filmar sus videos de ejercicio y obtener clases pagadas o gratuitas. “Es nuestra responsabilidad que los demás se sientan cómodos”, dijo Schreiber, subrayando que intenta no filmar a otras personas y, si lo hace accidentalmente, les pide permiso para usar el metraje.
No obstante, la problemática del uso de teléfonos en los gimnasios no se limita a la filmación. Los instructores han mencionado que los asistentes frecuentemente usan sus dispositivos para navegar por aplicaciones o revisar correos electrónicos durante las sesiones. Jacob Reynolds, instructor de yoga, comentó sobre la distracción que esto genera: “A menudo encuentro a gente en Instagram durante las clases, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones”.
La situación ha llevado a algunas cadenas de gimnasios a reevaluar sus políticas para asegurar una experiencia uniforme en todos sus establecimientos. Un portavoz de CorePower Yoga indicó que están “evaluando nuestras políticas sobre el uso de teléfonos móviles antes, durante y después de clase”.
En este contexto, la popularidad de TikTok y otras plataformas sigue alimentando la tendencia de documentar la vida diaria, incluido el tiempo en el gimnasio. Según los informes, muchos se sienten incapaces de ejercitarse en paz debido a la constante presencia de cámaras, aunque la comunidad online de contenido de fitness sigue prosperando con la participación de creadores y seguidores.